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El Gobierno francés crea un fondo para financiar la reestructuración de la industria

El Gobierno francés ha aprobado el proyecto de Presupuesto del Estado para el próximo año que será propuesto al Parlamento. El plan económico del Gobierno supone un crecimiento del gasto del 15 % y el mantenimiento de un fuerte déficit. El presupuesto implica la creación de un fondo especial de reestructuración industrial dotado con 3.000 millones de francos, dedicado a apoyar con fondos públicos la puesta al día de la industria y la ayuda a la creación de empleo en las regiones más afectadas por el paro.

El presupuesto francés para el año 1979, aprobado por el Consejo de Ministros, prevé un déficit de 15.000 milloñes de francos -unos 250.000 millones de pesetas- La nueva ley económica aumenta los impuestos en general y funda todas sus esperanzas de actividad y de mejora del empleo en la vuelta al liberalismo clásico, es decir, reforzando únicamente las empresas dinámicas. El ala gaullista de la mayoría manifestó sus reservas, y la económica del Gobierno, y su preticado lo que considera «una nueva agresión contra el nivel de vida de los trabajadores». Por el contrario, la patronal alabó la nueva política económica del Gobierno y su presidente, François Ceyrac, afirmó, inclusive, que el paro obrero tocará fondo a finales del año en curso.Los gastos del nuevo presupuesto ascienden a 459.000 millones de francos -7,8 billones de pesetas, equivalente a más de cuatro presupuestos españoles-, contra 444.000 millones de ingresos. En el sector de los gastos, el Ejército y el empleo son favorecidos. Por lo que concierne al empleo, las autoridades oficiales estiman que serán realmente eficaces las medidas adoptadas: creación de fondos para ayudar a las regiones deprimidas, creación también de algunos millares de empleos de carácter público y una invitación a las empresas para que concluyan un acuerdo tendente a la supresión de las horas suplementarias.

Aumento de los impuestos

En el dominio de los ingresos, la mayoría de estos últimos proceden del aumento de los impuestos sobre los salarios y de las subidas que recaerán de manera sustancial sobre la gasolina, el tabaco y los alcoholes.Para los responsables económicos el presupuesto-es «sincero, activo y equitativo». El primer ministro, Raymond Barre, se manifestó ayer más pesimista que la propia patronal, que prevé un relanzamiento de la economía para mediados del año próximo: «Las dificultades son más rigurosas de lo qué se había previsto hace dos años», estimó el premier, que, en septiembre de 1976, cuando estableció el plan de saneamiento económico, había predicho: «Necesito dos años para que Francia supere la crisis.» Por otra parte, la mayoría gaullista y la oposición recordaban ayer que toda la reputación de economista del presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, «se ha forjado en el equilibrio presupuestario ». La ley económica de 1978 se anunció en equilibrio, pero al final del año se saldó con 30.000 millones de déficit. Los 15.000 millones de descubierto anunciados para el próximo ejercicio se teme sean desbordados tácilmente.

En opinión del primer ministro, «el presupuesto de 1979 es el instrumento con el que el Gobierno sostiene la actividad económica, siguiendo la línea de los compromisos adquiridos en las recientes reuniones de Bremen y de Bonn».

La oposición y los analistas más severos no lo entienden así, «porque este presupuesto no hace concebir, en ninguna medida, una reactivación económica». En Bremen y en Bonn, los siete grandes países capitalistas occidentales habían pleiteado en favor de una política económica de reactivación que favoreciera la disminución del paro. A pesar de las críticas y las decepciones, ni la oposición política ni la sindical parecen dispuestas a responder con acciones de envergadura.

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