Un suizo bajo presión sanguinaria
En estos días calurosos me hace falta bastante ira para ponerme a escribir cartas.Su editorial del 30 de agosto, titulado «La responsabilidad de la policía», produjo este efecto. Era tan sintomático para la actitud de la mayoría de los periodistas y políticos, quienes hoy día predominan en la «España democrática».
Son unos irresponsables, buscándo nada más que el apoyo de las masas incultas. Soy suizo. Pero, por vivir ya quince años ininterrumpidamente en España, y por no solamente conocer a España desde hace más de treinta años, pero también por haber estudiado a fondo la historia moderna de España, e.d. su historia del siglo XX, estoy profundamente preocupado por la manera como la historia se repite. Parece que no han aprendido nada de los años terribles de sus repúblicas y del Frente Popular, precursor de la guerra civil.
Se está minando poco a poco la moral de las fuerzas de seguridad, no por los terroristas, pero por los políticos y por los periodistas.
Dice su editorialista: «¿Por qué la policía no resulta ahora tan capaz como antaño?»
La contestación a esta pregunta es muy fácil. Es que bajo el régimen de Franco se sabían respaldados, mientras que ahora sirven de cabezas de turco para cualquier disturbio del orden público que ocurre.
Están sometidos a innumerables provocaciones, y tan pronto que actúan contra estas provocaciones se les acusa de brutalidad. Se les sanciona y se destituyen los cargos de mando.
El terrible deterioro de la seguridad pública en España no es imputable a la deficiencia de las fuerzas de seguridad, pero sí a la inmoralidad de los políticos y a la irresponsabilidad de ciertos periodistas. Ya sé que tampoco esta carta, como ocurrió con una anterior, se publicará en su diario, que se quiere liberal.
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