Carter, Sadat y Begin piden a los creyentes del mundo que recen por la paz en Oriente Próximo
Tras hacer público un comunicado conjunto en el que piden a los creyentes de todo el mundo que ofrezcan sus oraciones por el triunfo de la «paz y la justicia» en Oriente Próximo, los líderes de Israel, Egipto y Estados Unidos celebraron ayer la primera reunión de la cumbre tripartita de Camp David.
El breve comunicado fue la única información ofrecida anoche a los periodistas por el jefe de prensa de la Casa Blanca, Jody Powell, que es el único portavoz autorizado de la conferencia, sobre cuyo desarrollo se mantiene, por el momento, el secreto más absoluto.La declaración conjunta de los tres dirigentes indica que «después de cuatro guerras y a pesar de los grandes esfuerzos humanos, la Tierra Santa no disfruta aún de la bendición de la paz». Carter, Sadat y Begin se declaran, seguidamente, conscientes de los graves problemas que deberán afrontar en sus conversaciones y dicen basar su confianza en «el Dios de nuestros padres, a quien pedimos nos guíe y nos dé la sabiduría necesaria».
Reunidos en la residencia veraniega de Camp David, cien kilómetros al norte de Washington y prácticamente aislados del mundo exterior, los tres mandatarios piden en su comunicado conjunto a la gente de todas las creencias que «recen junto a nosotros para que la paz y la justicia resulten de estas conversaciones ».
Encuentros previos
No se conocen los temas que fueron discutidos en la primera reunión tripartita ni la duración de la misma. Se sabe, sin embargo, que Jimmy Carter se entrevistó con el primer ministro israelí, Menahem Begin, durante tres horas y media, el martes por la noche, y que conversó en privado con Anuar El Sadat ayer por la mañana. Simultáneamente a estos encuentros entre los tres mandatarios se celebran reuniones entre sus equipos, de los que forman parte los ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores.
Como se esperaba, Sadat y Begin mostraron sus diferentes visiones de la cumbre de Camp David en las breves y un tanto ambiguas palabras que pronunciaron al llegar a Estados Unidos y antes de recluirse en la finca de vacaciones del presidente norteamericano.
El presidente de Egipto declaró que «nos encontramos ante una encrucijada decisiva» y que «debemos hacer frente a un tremendo desafío», para añadir después que es el momento de actuar «con razón y magnanimidad, porque nadie tiene el derecho de bloquear el camino hacia la paz».
Por su parte, el primer ministro israelí admitió que la reunión de Camp David es el «más importante» de sus encuentros con Carter o con Sadat, pero restó cualquier carácter apocalíptico a los resultados de la conferencia y dijo que, de la misma podría salir «un acuerdo para que el proceso de paz pueda continuar hasta su culminación».
Begin comparó la cumbre con un cónclave de donde las naciones del mundo esperan que salgan estas palabras: habemus pacem, «tenemos paz».
Según informaciones de prensa, Jimmy Carter ha sido aconsejado por los especialistas norteamericanos en Oriente Próximo de que procure establecer primero un «clima de cooperación» entre sus dos invitados y que comience por discutir los temas más fáciles para sólo después, y paulatinamente, pasar a tratar los asuntos realmente difíciles, como el futuro de la orilla occidental del río Jordán y la cuestión palestina.
Nadie sabe a ciencia cierta cuánto puede durar la cumbre de Camp David, pero se especula que no será menos de diez días y que podría incluso llegar a las dos semanas. Es un caso realmente insólito en la política internacional de que tres líderes de tres países se aíslen del mundo exterior y negocien durante tanto tiempo hasta conseguir establecer las bases de un acuerdo que podría ser, por otra parte, de carácter muy vago y general.
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