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Los partidos portugueses se preparan para una nueva batalla parlamentaria

Mientras el primer ministro portugués, Nobre da Costa, acaba la elaboración de su programa de gobierno, cuya presentación al Parlamento está prevista para el día 7, y escoge los secretarios y subsecretarios de Estado, los partidos políticos se preparan para la batalla parlamentaria.

El único triunfo de Nobre da Costa sigue siendo la falta de un acuerdo entre los partidos, por que el único apoyo que ha granjeado hasta ahora entre los grupos parlamentarios ha sido el del Partido Socialdemócrata. Además, no se trata de un apoyo incondicional, porque sobre dos puntos, al menos, los dirigentes del PSD han producido declaraciones que contradicen las intenciones del primer ministro. Los socialdemócratas quieren alteraciones «significativas» en relación al programa del anterior Gobierno, mientras Nobre da Costa pone preferentemente el acento sobre la continuidad. Entienden que el Gobierno debe ser esencialmente un Gobierno de transición, cuyo objetivo primordial es la preparación de las futuras elecciones, y el primer ministro pide amplios poderes para tomar decisiones políticas, que considera inaplazables.Conocida la posición de los socialistas -no rotundo y definitivo porque no se trata de un problema de persona o de una cuestión de programa, sino de un principio de defensa del parlamentarismo-, las probabilidades de Nobre da Costa van menguando con el progresivo endurecimiento de la oposición de los democratacristianos.

Este partido, que fue el primero en proponer y apoyar calurosamente la elección de Nobre da Costa, es también el único partido que intentó hacer volver atrás el proceso de formación del Gobierno. Su presidente, Freitas do Amaral, fue a proponer al presidente Eanes las alternativas que consideraba preferibles al Gabinete en gestación. «Si hemos tumbado dos Gobiernos socialistas, el primero con gusto y el segundo con cierto pesar, así que no vamos a permitir ahora la formación de un Gabinete aún más a la izquierda», afirmaba el número dos del partido, Amaro da Costa, en entrevista publicada el sábado.

Dos motivos esenciales son invocados por los democratacristianos para explicar este repentino viraje de 180 grados: por su composición, el Gobierno Nobre da Costa mantiene relación con el Partido Comunista, que fue lo que llevó al CDS a romper su pacto con los socialistas.

Por otra parte, el CDS entiende que un Gobierno sin mayoría parlamentaria deber ser una mera solución de transición y sus poderes y duración deben ser estrictamente limitados de entrada.

Se pensaba que las contradicciones existentes entre sus opositores ayudarían a Nobre da Costa a salvar el obstáculo, contando con la neutralidad de los comunistas. Pero esta posibilidad está ahora fuertemente comprometida por dos hechos nuevos: el CDS no descarta la posibilidad de votar una moción de rechazo presentada por los socialistas, y los comunistas parecen cada vez con más dificultades para justificar su actitud de benévola neutralidad, a medida que van siendo conocidos los nuevos miembros del Gabinete. Fue desmentido un ultimátum del PCP a Nobre da Costa, en relación al nombramiento de Freitas do Amaral, para la reestructuración agraria, pero es evidente que la elección de este miembro del pequeño partido monárquico para un cargo tan importante en relación a la reforma agraria no está destinada a facilitar el acuerdo.

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