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Se pueden eliminar las tendencias psicopáticas mediante manipulación genética

Durante cuatro días más de doscientos psiquiatras y psicólogos de todo el mundo asistieron en la Universidad de Navarra al VII Coloquio de la Asociación Internacional para la Investigación del Análisis del Destino (IFSA). Después de muchos años, la labor del psiquiatra húngaro de origen judío, Leopold Szondi comienza a ser reconocida en el mundo de la medicina.

La IFSA, cuyo primer congreso se celebró en una cuadra de Zurich en 1953, se dedica a investigar las posibilidades del análisis del destino, entendiendo el término destino como el conjunto de todas las posibilidades de existencia heredadas y libremente elegibles. Descubrir, uniendo la genética y la psicología profunda, por qué una persona ha elegido una determinada profesión, por qué tiene esos amigos, por qué se casó o por qué cometió aquel asesinato.La labor de Leopold Szondi, nacido en 1893 en la localidad húngara de Miytra, dentro del campo de la psiquiatría ha sido notable. Para el doctor Huth, presidente de la IFSA desde hace tres años, «lo subconsciente tiene tres idiomas: el de los síntomas, que descubrió Freud; el de los símbolos, expuesto por C. G. Jung, y el de la selección, que es en el que se basa Szondi.

En la actualidad, dentro del campo de investigación de los trastornos psiquiátricos se enfrentan dos grupos: los que consideran que el origen de los trastornos está en la infancia o en el medio social en el que se ha desenvuelto el individuo y, por otro lado, los que piensan que ese origen está en trastornos bioquímicos o de estructura cerebral. Frente a estas dos tendencias, Szondi ha creado un modelo de origen de los trastornos que combina los genes, el ambiente y la posición del yo. «Lo que tú eres depende de tres factores: lo que has recibido de tus genes, cómo te ha formado el ambiente y lo que has hecho, en libre elección de tus genes y tu ambiente.»

Según los principios teóricos del análisis del destino, hay genes hereditarios que son la causa de trastornos psíquicos, pero que no necesariamente actúan en la vida de la persona y que, en cambio, pueden ser modificados positivamente. En este sentido, el test de Szondi investiga las pulsaciones del instinto, si bien el análisis del destino llega todavía más lejos al incluir en sus métodos la terapéutica. «Por ahora -señala el profesor Huth- existen muchos prejuicios ante la investigación genética derivados sobre todo de las experiencias que se realizaron durante el III Reich. En el futuro, posiblemente se consiga, mediante manipulación genética, convertir en positivas las tendencias negativas. Para esto hay que realizar una investigación genética profundamente humanizada.»

El test de Szondi

El famoso test de Szondi, que permite conocer con un error máximo del 15% todas las posibilidades de la persona, todavía no está implantado en el mundo. Su funcionamiento es relativamente sencillo. De 48 fotografías, divididas en seis paquetes de ocho fotos, la persona a estudiar tiene que elegir cuatro: dos que le sean simpáticas y dos antipáticas. Cada una de estas fotografías contiene uno de los factores radicales distintos: VIS-EHI-KP-DM. En total son cuatro vectóres y ocho factores. La elección de las cuatro fotos debe repetirla el paciente durante diez días.Según la tesis de Szondi, el vector HS significa la vida sexual: H es la feminidad y S la masculinidad. El vector EHI supone los afectos y sentidos. El E positivo es la justicia, el «no matarás», la tolerancia, la bondad. El E negativo lo contrario: odio, venganza, muerte, celos. El HI positivo es el hacerse ver. El negativo supone el pudor, la vergonzosidad o la mentira. El vector del yo es el KP. El vector K positivo supone la introyección. El negativo, la destrucción de imágenes. El factor P positivo es la inflación del yo; el querer serlo todo. El negativo es la participación mítica con el objeto: culpar a los demás de lo que a uno le ocurre. Por último, el vector DM es el instinto del contacto y variaciones de atención. El factor D positivo, supone adherirse al objeto. El negativo, ir en busca de nuevos objetos. El último factor, el M, en su aspecto positivo significa agarrarse a algo. El negativo es lo contrario: desentenderse, aislarse, la soledad.

Una vez hecho el estudio de la persona mediante el test de Szondi se puede ver si sus factores dominantes son modificables, muy modificables o no se pueden modificar. En este sentido, el doctor Soto indicó a EL PAIS que con los resultados del test a una persona que esté en la cárcel por haber cometido algún delito. se le podría asegurar, dentro de lo que esta ciencia prevé, su posible o no readaptación a la sociedad.

El caso Eichmann

Entre los casos más notables del test Szondi, aplicado por el doctor Soto, resaltan el del criminal nazi Eichmann y el «caso Jarabo», que ocurrió en Madrid a principios de los años 60. A Jarabo, que había matado en Madrid a cuatro personas, se le aplicó el test viendo que era un psicópata, pero responsable. Un tribunal le condenó a morir a garrote.Sin embargo, el caso más sonado fue el de Alfred Eichmann, cuyo test está en poder del doctor Soto. Un grupo de judíos sospechó que el criminal nazi estaba viviendo en Buenos Aires con documentación e identidad falsos. Durante tres años le estuvieron vigilando día y noche. Su presunta mujer estaba también en Buenos Aires, pero apenas si se veían, ya que oficialmente era la viuda de un capitán muerto en la guerra, primo lejano de Eichmann. Un día los judíos le vieron entrar en casa de la presunta viuda con un ramo de flores. Consultaron con sus archivos y comprobaron que ese día era el aniversario de la boda de Eichmann. Inmediatamente pusieron un telegrama a Tel-Aviv con el siguiente texto: «El hombre, el hombre.» Al día siguiente, en avión, Eichmann llegaba a la capital de Israel para ser juzgado.

«El caso de Eichmann es realmente curioso -comenta el doctor Soto-. Como todos los criminales, que suelen ser cariñosos y sensitivos, le pudo el romanticismo. Una vez que estuvo en Tel Aviv, su juicio duró más de un año. Le hicieron innumerables pruebas y también el test de Szondi, que se le envió al propio Leopold Szondi, sin decirle de quién era. Al principio éste se negó pero acabó aceptándolo. Su resultado no pudo ser más exacto. «Se trata de un criminal peligrosísimo», dijo Szondi, sin saber de quién se trataba. A los nueve meses le dijeron que el test era de Eichmann.

En la actualidad, el doctor Soto, que ha hecho tantos test -alrededor de 20.000- como el propio Szondi, considera que el método del psiquiatra húngaro tiene unas enormes posibilidades. «Tanto para personas que se van a casar como para separaciones matrimoniales, el test puede ser fundamental. Lo mismo que para criminales y psicópatas. En este apartado la claridad del test de Szondi es enorme.»

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