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Dos muertos en Nicaragua mientras se secunda lentamente la huelga general

Dos personas -una de ellas un sandinista- resultaron muertas ayer en Nicaragua como consecuencia de los incidentes registrados en el país centroamericano durante la huelga general que fue convocada tras el ataque guerrillero del Frente Sandinista contra el Palacio Nacional. Las dos muertes se registraron en Jinotepe, ciudad situada a 45 kilómetros al sur de Managua, durante un tiroteo entre fuerzas sandinistas y miembros de la Guardia Nacional que se prolongó durante catorce horas.

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Más de diez heridos se han producido también en este tiroteo, que comenzó cuando jóvenes estudiantes se lanzaron a las calles para presionar a los comerciantes del mercado a que secundaran la convocatoria de huelga general del Frente Amplio de Oposición (FAO), que busca el derrocamiento del régimen de Anastasio Somoza.Según informaciones procedentes del interior del país, el paro general convocado todavía no ha sido secundado de una forma total. No obstante, los organizadores del mismo, que buscan el derrocamiento, junto a Somoza, de los familiares de éste que ocupan altos cargos en la Administración y en la Guardia Nacional, mantienen que su llamamiento ha sido seguido dentro del país y, algo menos, en la capital.

Balance del tiroteo

En el tiroteo de Jinotepe, la Guardia Nacional practicó numerosas detenciones. Las muertes se produjeron como consecuencia del cruce de disparos, una en la persona de un civil que resultó alcanzado por las balas. El otro fue un sandinista que participaba en el enfrentamiento.Entre tanto, el Centro Regional Universitario de Carazo, con sede en Jinotepe, fue tomado por la Guardia Nacional ayer en las últimas horas.

Se informó que decenas de estudiantes se habían hecho fuertes, enfrentándose a los efectivos militares.

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Sacerdotes, autoridades universitarias y de la Cruz Roja estaban mediando para que las cosas no pasen a un nivel de mayor gravedad.

Declaraciones de un líder sandinista

Uno de los dirigentes del Frente Sandinista liberados el jueves en Managua, Tomás Borge Martínez, declaró ayer en Panamá a varios medios de prensa que «existe la posibilidad real de una insurrección popular en Nicaragua, un levantamiento de todo el pueblo contra la tiranía».«Esperamos que sea en un breve plazo histórico», agregó el líder guerrillero, liberado por el comando sandinista que el martes secuestró a miles de personas en el Palacio Nacional de Managua, sede del Parlamento.

Borge Martínez, uno de los fundadores del Frente Sandinista, dijo que éste es un movimiento de liberación que tiene por ahora como objetivo fundamental derrocar al presidente Anastasio Somoza.

Pero agregó que ese no será el fin de su lucha, ya que no quieren un arreglo que buscan «fuerzas no revolucionarias» para llegar a «un somozismo sin Somoza». En cambio, quieren la formación de un Gobierno con la gestión de todas las fuerzas democráticas del país.

Borge Martínez, al igual que los guerrilleros del comando Rigoberto Pérez López y los otros 57 presos políticos liberados, se encuentra en el cuartel de Tinajita, sede de una compañía de infantería de la Guardia Nacional de Panamá, en las afueras de esta capital.

Por su parte, Eden Pastora, comandante del grupo guerrillero que asaltó la sede del Parlamento de Nicaragua, dijo que la actual situación de su país es gris porque «se prevé una guerra civil».

Entrevistado también por varios medios de prensa en el cuartel de Tinajita, dijo que «Managua quedó cercada -tras la operación guerrillera- como si fuese por un Ejército extranjero».

Las calles son patrulladas constantemente por miles de guardias, según la versión de quien en días pasados se identificó como «Cero» dentro del Palacio Nacional. Agregó que la represión será grande en Nicaragua ahora, pero que el pueblo de ese país está listo para la lucha, con el Frente Sandinista como vanguardia.

Venezuela se lo piensa

«Yo creo que ha llegado el momento de una reflexión profunda tanto de los nicaragüenses que están en el Gobierno como de los que no lo están», afirmó ayer el presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, en una declaración difundida por el Ministerio de Información y Turismo.Tras señalar que en Nicaragua «existe un descontento creciente» y que ésta es una cuestión que debe resolver el propio pueblo nicaragüense, el jefe del Estado manifestó que se sentiría «complacido» cuando supiera que el Gobierno de Nicaragua «ha encontrado una solución digna que le dé un camino auténticamente democrático a aquel pueblo».

«A mí lo que me interesa fundamentalmente -aclaró- no es la creación de una polémica o confrontación con los Gobiernos del área, sino una cooperación de todos los países latinoamericanos por la lucha que libramos para la consecución de un nuevo orden económico internacional.»

El presidente Pérez subrayó que la no-intervención es un principio sagrado para su Gobierno, pero que ésta nada tiene que ver con las normas supranacionales, «a las cuales se han acogido nuestros países».

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