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Enérgica advertencia de la Unión Soviética a China

Dentro del clima de grave tensión creado en las últimas semanas entre las dos potencias, la Unión Soviética anunció ayer, enérgicamente, que la URSS actuará «decisivamente contra la política expansionista militar china». El propio jefe del Estado Leónidas Brejnev, advirtió que se reforzará la vigilancia para evitar la aspiración china hacia el hegemonismo.

Los observadores extranjeros consideran que estas reacciones pudieran ser el último aviso a Pekín para posteriormente justificar las acciones soviéticas que pueden llevarse a cabo en un futuro muy próximo, directamente contra el territorio chino o, indirectamente, a través de terceros países. Moscú ha alertado sobre las «catastróficas consecuencias» que puede tener en estos momentos la iniciación de un conflicto armado.Los dirigentes soviéticos pronunciaron ayer el «basta ya» y han señalado claramente el decidido propósito de llegar a las últimas consecuencias, si fuera preciso, por medio de una guerra contra China. En esta ocasión, las alusiones son directas y no es preciso leer entre líneas. El diario Pravda publicó la referencia de la entrevista mantenida en Crimea entre el líder soviético Brejnev y el presidente de Mongolia, Tsedenbal, en cuya declaración han manifestado la exigencia de mantener una severa vigilancia contra los deseos chinos de crear una tensión internacional, al tiempo que subrayaron el respaldo definitivo que la URSS y Mongolia ofrecen a la República socialista del Vietnam para lleva a cabo su política de independencia.

Duro artículo de "Pravda"

Además del comunicado entre Brejnev y Tsedenbal, Pravda publicó ayer un amplio comentario, de casi media página, en el que bajo el título «Una política peligrosa y miope», se analizan las situaciones que han llevado a la actual tensión entre Pekín y Moscú. Señala que los dirigentes chinos, que utilizan el 40% de su presupuesto en gastos militares, mantienen durante los últimos meses una serie de relaciones con los países occidentales con el fin de modernizar e incrementar su armamento.Critica a los países de la OTAN y de la CEE que hacen caso omiso de la cláusula que prohibe vender a los países comunistas «material estratégico» y lo justifican ante la opinión pública de sus países como una ayuda a China «ante la amenaza de la Unión Soviética».

Se manifiesta en el artículo que los actuales dirigentes de Pekín son herederos de las posiciones de Mao Tse-tung, quien deseaba «poner bajo el dominio de China al mundo entero» y se acusa a Estados Unidos y otros países de la OTAN de luchar, junto a los chinos, contra los países de la comunidad socialista y los movimientos revolucionarios y liberadores de las naciones oprimidas.

Preparativos del Pacto de Varsovia

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Se avisa a los países del Pacto de Varsovia sobre los peligros de la actual política pequinesa: «Los líderes chinos tratan de minar en lo posible la unidad política de los países de la comunidad socialista e intentan crear una alianza antisoviética y torpedear el nivel conseguido en la distensión en Europa, basado en los principios de la coexistencia pacífica.»Termina afirmando que «por lo que respecta a la Unión Soviética, vamos a actuar decisivamente contra las apetencias militares expansionistas chinas. Las declaraciones hechas más de una vez por la URSS y los hechos prácticos son testigos de que nuestro país ha mostrado y sigue mostrando su profunda participación por mantener la paz, su interés por China, en buena armonía con todos los países, incluso en las condiciones actuales, la guerra traería a China unas destrucciones masivas y grandes desgracias al pueblo, que sin duda no desea que sus líderes lleven al país a una guerra».

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