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Debate constitucional en el Senado

Rechazadas todas las enmiendas para la modificación del artículo segundo

Diez enmiendas que, de una u otra forma, proponían la supresión de la palabra nacionalidades del proyecto de Constitución, bien para dejar exclusivamente la expresión regiones bien para sustituirla por países fueron derrotadas ayer ampliamente con el voto conjunto de UCD, Socialistas del Senado, Progresistas y Socialistas Independientes, Entesa dels Catalans y Senadores Vascos. En todas las votaciones se abstuvo el portavoz del Grupo Mixto, Torcuato Fernández Miranda.

El señor Fernández Miranda que presentó una enmienda in voce para que el término nacionalidades fuera sustituido por el de comunidades, fue uno de los protagonistas de la sesión de la Comisión Constitucional, fundamentalmente por sus continuas invitaciones a UCD para que aceptara entrar en la polémica sobre el significado del texto constitucional. El senador de designación real, miembro hasta hace escasos días del grupo de UCD, señaló que las enmiendas que se habían presentado, tanto las contrarias a dicho término como las que pretendían introducir el derecho a la autodeterminación, implicaban una misma interpretación de esa palabra: nacionalidad como sinónimo de nación. «Si UCD quisiera explicar qué significa para ella ese concepto, quizá descubriríamos un significado desconocido hasta ahora, pero que evitara todo este debate», añadió. El señor Fernández Miranda defendió una concepción de las autonomías según la cual éstas correspondían a sus derechos propios de las comunidades que no eran concedidos por el Estado, sino reconocidos, porque eran previos al propio Estado. «Pero para que la Constitución reconozca este extremo no hace falta introducir palabras equívocas que pueden llevarnos por el camino de planteamientos de reconocimiento de soberanías». terminó.

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Las intervenciones de este tenor del señor Fernández Miranda se sucedieron a lo largo de toda la sesión. Así, en contestación a la enmienda del almirante Gamboa sobre la mención exclusiva del término regiones-, con autonomía administrativa, señaló que esa solución era un ejemplo claro de posturas excesivas motivadas por los términos equívocos en que se estaba desarrollando el debate, al negarse UCD a contestar a las enmiendas que se iban planteando.

Juan de Arespacochaga, del Grupo Mixto, defendió, igualmente, la sustitución del término nacionalidades por comunidades y acusó a UCD y al Grupo Socialista de tener escasa educación parlamentaria —«casi me atrevería a suprimir lo de parlamentaria»— por no participar en el debate. El señor Gamboa, por su parte, estimó que la redacción actual del texto podía atentar contra la unidad de España, tesis compartida, en parte. por Luis Díez Alegría, teniente general, del Grupo Independiente. El señor Díez Alegría señaló que no tenía nada contra las autonomías bien entendidas y expresó sus dudas de que el concepto nacionalidades no llevara aparejado el de nación.

La enmienda del senador Gamboa contó con la abstención de Torcuato Fernández Miranda y de Carlos Ollero, mientras que la del señor Díez Alegría obtuvo el voto favor de Luis Sánchez Agesta y la abstención de los señores Fernández Miranda y Ollero. Una enmienda de Julián Marías, que no se encontraba en la sala, y que fue leída por el señor Ollero, relativa a la sustitución de dicha palabra por la de países, obtuvo la abstención de los tres senadores antes mencionados.

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Las enmiendas de los señores Carazo, Cacharro, Matutes y Zaragoza, de parecido contenido a la del señor Díez Alegría, fueron derrotadas con la abstención del señor Fernández Miranda.

En contra de todas estas enmiendas intervinieron, finalmente, los representantes del Grupo Socialista y de la UCD. Ramón Sainz de Varanda (PSOE) afirmó que el artículo, tal y como había sido aprobado en el Congreso, era correcto y negó que el término nacionalidades fuera equivalente al de naciones, porque no implica la existencia de un Estado. Dijo que si nacionalidades parecía un concepto ambiguo también lo era el de comunidades (tesis que también defendió el portavoz de Senadores Vascos, señor Unzueta) o el de región. Añadió que le producía verdadero temor un cambio de palabras sobre el texto aprobado «por que las palabras, bien sabe el senador Fernández Miranda, pueden ser trampas saduceas»».

Por su parte. Luis González Seara (UCD) señaló que el derecho de la mayoría consistía en hablar cuando lo considerara más oportuno y no cuando lo exigieran las minorías. Dijo que el texto aprobado en el Congreso era consecuencia de un debate iniciado incluso antes de instaurarse el nuevo sistema democrático y que aunque la redacción podía ser considerada como no muy afortunada, respondía al compromiso de lograr una Constitución para todos los españoles. «No queremos que las querencias del pasado nos arruinen el futuro», añadió.

Según el señor González Seara, el centralismo originó un desequilibrio territorial, en el que algunas zonas resultaron beneficiadas sobre otras. Resaltó que nacionalidades era una palabra de honda raíz española puesto que figuraba por ejemplo, en el Criticón, de Baltasar Gracián.

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