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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

En defensa de un derecho

En verano de 1925, terminados los trabajos de pavimentación de las vías más céntricas de la ciudad de Igualada, la empresa Juncosa-Real debía ocuparme en trabajos de la misma especialidad en otros lugares de Cataluña. Estimándome útil para la conservación de los empedrados locales, el Ayuntamiento de entonces se interesó, mediante el capataz de obras municipales, don Enrique Vives, para que yo quedara en la localidad y cumpliera el servicio indicado. Aceptada por mí la oferta, trabajé en el municipio desde julio de 1925 hasta julio de 1936. Pese a cargos de responsabilidad sustentados durante la guerra, cumplí ocasionalmente con mis ocupaciones de adoquinador. Intervenida la derrota republicana, conseguí refugiarme en Francia.Llegado en 1961 a la edad de operario retirado, percibo desde entonces la subvención minima española avalado por el Ayuntamiento igualadino, en cuya nómina de personal antiguo fui encontrado. Pero ahora que, gracias a la orden ministerial del 6 de julio de 1977 disponiendo amnistía para los antiguos funcionarios de Administración local, podría yo percibir subsidio entero del régimen Vejez, el Ayuntamiento actual se ha opuesto, por segunda vez, a que yo perciba dicha pensión mensual.

Los motivos de esta discriminación que contra mí se intenta, son endebles. l.º: Que en contaduría municipal mi nómina de trabajador queda truncada a partir de la segunda semana de febrero de 1936, 2.º: Que no existe en el archivo del Ayuntamiento orden de despido afectándome, y 3.º: Que abandoné voluntariamente mi cargo en el mes y año indicados.

Sobre este castillo de naipes descansa la solidez argumentista del consistorio que preside el señor Grau para dejarme sin la indemnización normal del régimen Vejez que me corresponde, siendo lo exacto quede julio de 1925 a julio de 1936 trabajé en la conservación de calles a las órdenes del encargado Vives. Propongo el recurso a testigos de época existentes. Si en contaduría incurrieron en lapsus, éste a mí no puede afectarme. No tenía opción ni ganas de husmear en oficinas. Además, en aquellos días, por mor de un cambio de situación política, pudieron entrar en el asunto administrativo empleados olvidadizos o inexpertos. En cuanto a que yo abandoné voluntariamente el trabajo, el Ayuntamiento actual está obligado a probarlo.

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Dígase claro si, para el caso, pesan o no los antecedentes políticos de la persona, puesto que en mi caso es indiscutible que trabajé en obras del municipio de Igualada del mes de julio de 1925 al 19 de julio de 1936 a las órdenes de Vives, aunque consideraciones consistoriales selladas, lacradas y firmadas hagan suponer lo contrario.

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