Vance inicia una nueva misión de paz en el Oriente Próximo
En la creencia de que «un compromiso sigue siendo posible», el secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, inició nieto ayer un nuevo viaje a Israel y Egipto, con el objetivo, principal de apaciguar los ánimos entre el primer ministro israelí, Menalteni Beguin, y el presidente egipcio, Anuar el Sadat.
Pero pese a las palabras optirnistas de Vance en un reciente testimonio ante el Congreso, los observadores diplomáticos ven con escepticismo la misión del, secretario de Estado en Oriente Próximo.Después del fracaso de las conversaciones del castillo de Leeds y de la escalada de insultos entre Beguin y Sadat, la situación se ha deteriorado hasta tal punto que no se descarta un brusco cambio de postura de Egipto. Arabia Saudita estaría apoyando este giro en la posición de Sadat y dispuesta a patrocinar una «cumbre de la reconciliación» entre los vecinos árabes del Estado israelí.
Reconciliación árabe
El líder egipcio debería reconocer el fracaso de su iniciativa de paz, por culpa de la, intransigencia israelí, lo que le permitiría reconciliarse con Siria y otros países que criticaron con dureza la actitud conciliadora de Sadat. De ocurrir esto, las cosas volverían al punto donde estaban antes del espectacular viaje de Sadat a Israel, o incluso más atrás, y esto es lo que pretende evitar Cyrus Vance.
Para conseguir que Egipto siga dispuesto a sentarse en la mesa negociadora con Israel, Vance tendrá que buscar pruebas de la flexibilidad de Tel-Aviv, lo que no parece tarea sencilla. En caso de que no se produzca una actitud conciliadora por parte de Begin, Sadat confía en que Washington tendrá que adoptar una postura más cercana a El Cairo y presionar sobre el Estado judío.
Plan norteamericano
Aunque Cyrus Vance afirmó que el compromiso de paz sigue siendo posible, reconoció también que la situación se encuentra ahora en un «momento crítico». El secretario de Estado pareció apuntar la posibilidad de que Norteamérica presente un plan de paz cuando dijo que «si fuera necesario, nosotros estaríamos dispuestos a hacer sugerencias para la superación de los obstáculos».
Pero el hipotético plan norteamericano no será lanzado hasta que no se hayan agotado todas las posibilidades de negociación directa entre Egipto e Israel. Algo que puede estar a punto de ocurrir si, como se cree en Washington, Vance vuelve de sus conversaciones en Jerusalén y Alejandría con las manos vacías.
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