Toros de Villagodio de gran nobleza
Plaza de Las Ventas. Un toro de rejones de El Jaral de la Mira: bien presentado, manso y bronco. Seis de¡ Marqués de Villagodio: bien presentados, inválidos los tres primeros, mansos, nobles en la muleta. El rejoneador Luis Miguel Arranz: rejón caído y atravesado y otro más, bajo (vuelta protestada). Raúl Sánchez: buena estocada (vuelta). Estocada trasera y descabello (silencio). El Regio: pinchazo y estocada (vuelta). Cuatro pinchazos, media estocada y descabello (algunas palmas). Curro González, que confirmó la alternativa: estocada trasera y tendida y tres descabellos (silencio). Pinchazo, pinchazo perdiendo la muleta, dos pinchazos más y bajonazo (vuelta por su cuenta muy protestada). Bien en la brega y banderillas Antonio Maeso y Martín Recio. Muy mal el presidente, que mantuvo en el ruedo tres toros inválidos, sobre todo el primero.
El primer toro de lidia ordinaria. un villagodio, negro salpicao, muy serio y astifino, que dió en la báscula un peso de 464 kilos, es decir, sólo cuatro kilos más del mínimo; el toro, decíamos, estaba inválido, hecho puré de los cuartos delanteros. Segundo y tercero igual, pero éstos al menos se mantuvieron en pie. Y nobleza toda, los terroríficos villagodios de otras tardes no aparecieron por ningún lado. Toros de larga embestida, hocico por el suelo; toros para hacer el toreo del bueno, del caro. Pero de esto, de toreo, poco vimos, unos destellos de Raúl Sánchez y nada más.Raúl Sánchez, al segundo de la tarde, noble y con las fuerzas muy justas, comenzó a torearlo por alto, con suavidad. Luego vinieron dos derechazos templados y dos series más vulgares; el toro le enganchaba a menudo el trapo. De pronto cita de frente al natural, adelanta la pierna contraria, embarca la embestida, corre la mano con lentitud y liga tres naturales de gran calidad, temple y mando. Estos naturales y una estocada entrando a ley son los únicos momentos de la tarde que merecen recordarse; lo demás siempre fue por debajo de los toros.
El cuarto, un toro serio, enmorrillado, ensillado y cómodo de cabeza, llegó tardo a la muleta; debido a los mil capotazos que le dieron por culpa de un caballo inservible, que reculaba a tablas y no dejaba picar. Por cierto, que no comprendemos cómo se dejó salir a picar a este ejemplar de El Pimpi, que ya en el paseillo cayó al suelo. Raúl a este toro lo porfió tenaz, sin resultado positivo, pues le ahogaba la embestida.
El Regio comenzó bien la faena al tercero con unos derechazos largos y mandones, pero luego se fue al camino de las reolinas. Tremendista y encimista, daba medios pases, codilleros; giros en la cara del toro para arrear una espaldina. Cuando toreaba al natural, por no dar salida a la res, fue aparatosamente volteado, afortunadamente sin consecuencias; la cogida, por el cuajo de la res y su aparatosa cabeza, fue angustiosa. En el quinto volvió a estar efectista y vulgar.
Nulo con el capote el debutante Curro González, estuvo a merced de sus toros. Más puesto con la muleta, al toro de la confirmación le dió algún derechazo y algún pase de pecho de cierta calidad, pero no había interés, por la condición de la res, totalmente derrengada. En el sexto hizo una faena vulgar, muy retocidillo y sin bajar la mano nunca. Valor eso sí que demostró. El rejoneador Arranz estuvo fácil con los rejones de castigo, espectacular con las banderillas; abusó de galopar por los adentros y mató muy mal.
Babelia
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