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La mayoría de los europeos, partidarios del Parlamento comunitario

Cinco grandes agencias francesas de marketing electoral se presentaron ayer ante una comisión mixta de las Comunidades Europeas con la ambición de conseguir los 180 millones de presupuesto que concede el Parlamento europeo a Francia para la promoción de las elecciones que. dentro de once meses. precederán la elección del Parlamento comunitario por sufragio universal. En Francia, este acontecimiento político europeo favorecería la reclasificación política interna que preconiza el presidente, Valerv Giscard d'Estaing, al confrontar a los partidarios del Parlamento (giscardianos y una franja de los socialistas) y a los detractores (comunistas y parte de los gaullistas). Según un detallado y amplio sondeo de las Comunidades Europeas, el 71% de los ciudadanos del área de los nueve, es partidario de la nueva cámara comunitaria.Contrariamente a lo que podía pensarse el más reciente estudio de las Comunidades Europeas sobre la elección del Parlamento que se realizará la primavera próxima, sensibiliza a la gran mayoría de las poblaciones de los nueve países que actualmente integran la CEE. El 71% se declaran favorables a dicha elección. Los luxemburgueses se revelan los más europeos, con un 82 % de actitudes favorables. Los menos europeos son los belgas. con el 64 %. Y el 67 % de los franceses también dice «sí» al Parlamento.

El mismo estudio estima que el sentimiento europeo es equivalente a la fibra nacional. ya que el 43 % espera que sus parlamentarios se comporten como «europeos», mientras el mismo porcentaje supone que esos mismos representantes adopten una postura de defensa de los intereses nacionales.

Debate español

En Francia, tras la «normalización» que caracteriza la vida política interior como consecuencia del fracaso de la izquierda en las últimas legislativas de marzo, la elección del Parlamento europeo constituye el objetivo que motiva más directamente la actividad de los partidos políticos. La eterna querella. Chirac-Giscard, en la mayoría gubernamental, será azuzada de nuevo con este escrutinio, defendido a tumba abierta por el giscardismo y que será para muchos gaullistas el principio del Fin de la independencia nacional.

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En la oposición, los comunistas, por Igual razón que los gaullistas, se enfrentan a los socialistas, qué a su vez, se dividen también en partidarios v enemigos del Parlamento comunitario. Raro es el día que, con el pretexto de un problema de actualidad no surge la cámara europea como argumento que, en última instancia es ya electoral. El debate aún coleante, relativo a la entrada de España en el Mercado Común no es completamente ajeno a las actitudes de gaullistas y comunistas que, defendiendo a ultranza a los agricultores piensan en las urnas de la primavera de 1979. El PCF, concretamente, en cada una de sus diatribas contra la adhesión española, les recordaba a los franceses que «cuantos más diputados comunistas entren en el Parlamento comunitario. mejor defendidos estarán nuestros intereses».

Paralelamente, esta división del abanico político galo, entre defensores y enemigos del Parlamento europeo ofrece un nuevo horizonte a la estrategia giscardiaria, consistente en crear un centro mayoritario en e¡ país con su partido, la Unión por la Democracia Francesa (UDF). y los eventuales disidentes del Partido Socialista y de los gauilistas. La batalla electoral europea. en efecto. pudiera provocar disensiones más o menos importantes en el PS y en el RPR gaullista dirigido por Jacques Chirac.

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