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Dos grandes bloques en la manifestación del domingo en San Sebastián

Sin incidentes serios, con algunos momentos de tensión, cerca de 15.000 personas participaron el domingo en San Sebastián en una manifestación convocada por la totalidad de centrales sindicales y partidos políticos -excepción hecha de AP y UCD-, como repulsa por los sucesos de Pamplona, San Sebastián y Rentería. Antes, en la iglesia de Santa María, se había celebrado un funeral en memoria de Germán Rodríguez y José Ignacio Barandiarán. La fuerza pública no hizo acto de presencia en ningún momento a lo largo de la mañana.

Al término del funeral, la manifestación se organizó prácticamente a las puertas del templo. En cabeza se habían situado diez mujeres -entre ellas una hermana y dos tías de José Ignacio Barandiarán- que sostenían una pancarta en la que se leía «Joseba, el pueblo no olvidará. Seguiremos tu lucha. Socialismo y libertad». Detrás se colocaron miembros de la asociación de vecinos de Astigarraga, localidad donde nació José Ignacio. Junto a ellos dirigentes, militantes y simpatizantes de las fuerzas integradas en Herri Batasuna (ANV, ESB, HASI-KAS y LAIA-KAS). En cabeza pudo verse al secretario general de HASI, Txornin Zuluaga, y a Telesforo Monzón, confundido entre los manifestantes.Al llegar ya una columna de manifestantes formada con una pancarta en cabeza, al bulevar -lugar previsto de salida-, los partidos y centrales que esperaban no pudieron integrarse en el bloque. En algunos momentos se produjeron pequeños roces por enfrentamientos verbales entre manifestantes de este bloque y representantes de partidos, que no revistieron importancia. De hecho, pues, dos manifestaciones en una y los dos bloques, al principio muy distanciados y luego prácticamente seguidos, hicieron juntos el camino sin incidentes.

Dos bloques

Mientras que el primer bloque se ponía en marcha a las doce en punto con los gritos de «independencia», «policía asesina» y «gora ETA militar», el de los partidos y centrales, se organizó a unos ochenta metros de distancla de la cola. En cabeza se había situado una pancarta unitaria de grandes proporciones en la que se leía: «castigo a los culpables. Dimisión Martín Villa. Control de las fuerzas del orden público por órganos autonómicos». La sostenían repre sentantes de partidos convocantes Junto a ellos pudo verse a los par lamentarlos Iparraguirre (PSOE) y Bujanda (PNV) y a Carlos Santamaría, consejero de cultura del CGV. Este segundo grupo iniciaría su marcha con los gritos de «dimisión gobernador», «juicios populares a los asesinos», «castigo a lo culpables», «Martín Villa dimisión».Aunque ambos núcleos de la manifestación se fueron incrementando casi al término del recorrido podía observarse una mayor longitud y densidad del compuesto por las fuerzas abertzales y sus simpatizantes.

En algún momento de la manifestaclón del primer grupo se pudieron escuchar frases como «ETA, ETA, más metralletas», «ETA, Lemóniz, goma-2» «Euskadi nuclear no», «Hiscard, fascista», y algún grito aislado de «disolución del Consejo General Vasco» que no fue apoyado de forma mayoritaria

A la una de la tardé llegó la cabeza del primer grupo al bulevar y se reprodujeron los gritos antes citados al tiempo que se cantaba una vez más el Eusko Gudariak. Este gran grupo no se disolvió completamente siguiendo varios miles de manifestantes el recorrido hasta la calle de San Bartolomé, lugar donde cayó José Ignacio Barandiarán y entonaron el Eusko Gudariak.

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Un grupo de cien o doscientas personas se dirigió hasta mitad de la cuesta de Aldapeca profiriendo gritos de «policía asesina». A menos de cien metros del cuartel que se encuentra en lo alto de la cuesta, hicieron una barricada con un coche y material de obra, lanzando desde allí piedras contra los policías que se habían situado entonces al pie del cuartel con varios jeeps en actitud expectante. Pese a los gritos y pedradas los efectivos policiales no actuaron en ningún momento.

A las dos menos cuarto los jóvenes que se habían concentrado tras la barricada la abandonaron.

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