El avispero vasco
«España no tiene suerte. El único problema que tenía que resolver al fin de una evolución institucional ejemplar desde todos los puntos de vista, se está convirtiendo en una pesadilla. La falta de sangre fría de una policía poco habituada a las manifestaciones callejeras desen,cadenaba, el sábado, en Pamplona una hecatombe inútil. Por los acontecimientos que han tenido lugar en San Sebastián, por la voluntad de extrernistas, dedicados a explotar a fondo lo que no debía haber sido más que un trágico Ínicidente, se corre el peligro de sumergir al País Vasco en un caos de violencia apasionada, casi incomprensible fuera de las fronteras todavía míticas de las tres provincias de Euskadi. (...) ¿Cómo explicar, por ejemplo, que en la vía de la autonomía, ha biéndoseles abierto ampliamente Madrid, los vascos, en lugar de comprometerse resuelta y concre tamente, como lo han hecho los catalanes, se encerraran en debates teóricos que les han elevado a rehusar todo diálogo con el Gobierno central que no fuese de nación a nación?
¿Cómo explicar que una minoría activa de extrema izquierda como ETA pueda pesar de tal forma so bre la conducta política del Partido Nacionalista Vasco, tradicional mente conservador hasta el punto de que este último se ha negado siempre a condenarla formalmente?»
