Más del 30.000 personas se manifiestan en El Ferrol contra la crisis del sector naval
Más de 30.000 personas se manifestaron ayer en El Ferrol para reclamar la atención del Gobierno sobre el grave deterioro de la industria naval de la ciudad y pedir un plan de emergencia que resuelva la crisis que puede dejar sin trabajo a más de 7.000 obreros en los próximos meses.
Bajo la consigna de «hay que salvar El Ferrol», UCD, PSOE y el Partido Comunista de Galicia convocaron la manifestación, que contó también con el apoyo del PTG, el MCG y otros partidos de la izquierda, y particularmente con la colaboración de las centrales Comisiones Obreras, UGT y USO. Solamente las fuerzas, políticas y sindicales nacionalistas del Bloque Nacional Popular Gallego condenaron la manifestación, considerándola una maniobra divergente del partido gubernamental.Numerosos parlamentarios de Galicia, entre los que se encontraban el ministro de Trabajo de la Junta, Celso Montero, y la práctica totalidad de los diputados de la provincia de La Coruña, encabezaron la protesta, que comenzó con un gran mitin en el que tomaron la palabra José Luis Mellán, diputado de UCD; Francisco Vázquez, diputado del PSOE, y Santiago Alvarez, secretario general del Partido Comunista de Galicia, entre otros.
El alcalde de la ciudad también se sumó a la manifestación de ayer, que mantuvo totalmente paralizada la vida ferrolana desde las 6.30 de la tarde. Nadie recordaba una manifestación semejante en El Ferrol. Están en juego los puestos de más de 7.000 trabajadores de la comarca, y la respuesta a la grave amenaza que cierne sobre ella la crisis de la industria naval movilizó a un número de personas fácilmente situable entre 30.000 y 40.000.
El Ferrol tiene dos grandes factorías navales, Astano y Bazán, en las que trabajan alrededor de 13.000 personas. Otros 4.000 hombres trabajaban hasta hace poco en numerosas empresas auxiliares que, en muchos casos, despidieron ya a la mayor parte de sus plantillas.
Astilleros y Talleres del Noroeste, SA (Astano) fue creado en 1941 como una pequeña factoría privada que se dedicó a la construcción de pesqueros de madera, barcazas y lanchas para el servicio de ría. Entregó su primer buque totalmente en acero en 1945, y a partir de entonces se dedicó a la construcción de barcos de gran tonelaje que alcanzaron en varios casos las 27.000 toneladas de peso muerto. En 1975, poco después de hacerse cargo de la empresa el Instituto Nacional de Industria, entregó tres barcos que totalizaron 990.000 toneladas de peso muerto, Durante 1977 y lo que va de 1978, Astano vio materializarse la amenaza de crisis hasta llegar a prescindir casi totalmente de los servicios que le prestaban las compañías auxiliares, con lo que quedaron en la calle más de 2.000 trabajadores.
La otra industria naval ferrolana, la Empresa Nacional Bazán, es íntegramente propiedad del INI y emplea a unos 6.000 trabajadores. En 1975 construyó siete buques de guerra y cinco mercantes, con un total de 252.000 toneladas de registro bruto. Fabrica también turbinas para centrales nucleares, motores diesel, grúas, equipos de propulsión marina y municiones. Unos 2.000 obreros de sus empresas auxiliares están afectados de manera parecida a los de Astano. Sin embargo, Bazán resiste mejor por el momento la reducción de la cartera de pedidos navales al disponer de una producción más diversificada.
Recientemente algunos partidos Políticos (UCD, PSOE y PCG) presentaron a las autoridades un plan de emergencia que defiende el pleno empleo, la reorganización del sector y la prolongación del seguro de desempleo conjuntamente con la articulación de medidas urgentes de financiación.
Los trabajadores opinan que una forma que hacer frente a la grave situación podría estar en la futura diversificación de la actual industria ferrolana y en la inversión pública que aprovechase la alta cualificación de la mano de obra de esta comarca gallega. Según ellos, habría también que, montar industrias que coordinaran y complementaran la producción que se va a registrar en la planta de alúmina-aluminio que está instalándose cerca de Vivero (Lugo).
En el caso concreto de Astano, los obreros piden que se reconvierta la empresa de manera que se pueda producir en ella elementos para otras industrias que no sean estrictamente navales y que se promuevan algunas patentes propias como es la del metastano. Se calcula que la crisis puede afectar a unas 80.000 personas en total y no se vislumbra la clarificación del problema hasta bien entrado el año 1980. Mientras tanto, los trabajadores opinan que tendría que efectuar una fuerte inversión pública y el Fondo Nacional de Protección al Trabajo.
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