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El general Pereda, candidato oficial, favorito en las elecciones bolivianas

A los militares bolivianos, presentes en el poder desde hace más de diez años, les llega el domingo próximo la hora de la verdad. Arriban al momento cumbre de volver a los cuarteles para ejercer la misión institucional de defender las decisiones populares, libremente manifestadas a través del sufragio.

Es preciso señalar que esta es la primera vez que un hecho así ocurre en la reciente historia latinoamericana, si exceptuamos el caso argentino, al regreso de Juan Domingo Perón.El test boliviano es de singular trascendencia. Si resulta bien, será un evidente apoyo para las fuerzas democráticas de aquellos países dirigidos por regímenes militares. Si sale mal, darán a éstos un argumento más para prolongar su presencia en los Gobiernos.

Sin embargo, no hay razones objetivas para desconfiar del buen resultado final de la experiencia boliviana. Son muchas, por supuesto, las deficiencias que por exceso o por defecto han marcado los días finales de la campaña electoral, pero el saldo final es para la mayoría positivo.

Para comprender bien el esquema previo a la consulta del domingo, hay que establecer una diferencia meridiana entre las dos fundamentales posiciones que conforman el debate: la del Gobierno del presidente Hugo Banzer y la de los partidos políticos que concurrirán a los comicios.

La candidatura del general Pereda (ministro del Interior del Gobierno de Banzer hasta el pasado mes de diciembre- es el resultado de la oposición de la mayoría de las Fuerzas Armadas a la anunciada postulación del propio Hago Banzer como candidato presidencial. Banzer, en efecto, había acariciado la idea de seguir en la presidencia, esta vez con respaldo popular, cuando anunció la decisión de su Gobierno de adelantar las elecciones generales, inicialmente previstas para 1980. Su idea, sin embargo, fue inmediata y duramente contestada por sus compañeros de armas y Banzer renunció a su sueño.

No hace mucho, un boletín de circulación restringida (el IPE, Información para ejecutivos), reveló que la Junta de Comandantes en Jefe había decidido, en una reunión mantenida a finales de abril, vigorizar al máximo la candidatura del general Juan Pereda.

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La oposición ha insistido, igualmente, en que el Gobierno ha manejado las listas electorales, inscribiendo a más personas de las legalmente capacitadas para votar.

Dos ex presidentes, Hernán Siles Zuazo y Víctor Paz Estenssoro, polarizan las opciones más poderosas en el panorama de la oposición boliviana. Una encuesta reciente, realizada por la emisora Radio Fides (que dirige un jesuita español, José Gramunt), reveló que el general Juan Pereda contaba con el respaldo del 26,65% de los preguntados, mientras que los partidarios, sumados, de Paz Estenssoro y Siles Zuazo alcanzaban el 27,7%.

Ambos candidatos proceden del mismo tronco partidario. Hernán Siles se separó del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), fundado por Víctor Paz Estenssoro hace quince años, y creó el mismo partido con el apellido de izquierda, para convertido en el MNRT. Durante meses, el MNR y el MNRT han tratado de agruparse en alianza, pero no han llegado a ponerse de acuerdo en el reparto de los cargos y de los escaños.

A Hernán Siles, que se presenta candidato por el partido Unidad Democrática Popular (UDP), le respaldan, además de su propio grupo, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el Partido Comunista boliviano (PCB), de obediencia moscovita, y una fracción del Partido Socialista (PS).

Por su parte, Víctor Paz Estenssoro, que regresó del exilio hace tan sólo dos meses y que rechazó una propuesta de alianza que el propio Banzer le ofreció, cuenta con el respaldo del Partido Revolucionario Auténtico (PRA).

Junto a estos dos grandes grupos, otros de menor significación aparecen también en el panorama electoral boliviano. La Falange Socialista (FS), grupo de carácter derechista, que postulaba al coronel Juan Patiño, anunció hace unos días su retirada del proceso electoral, ante la «falta de garantías» de que se realizara con absoluta limpieza.

La Democracia Cristiana presenta también como candidato a un militar, el general René Bernal, ex ministro de Banzer. En la izquierda radical aparece el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), apoyado por el sindicalista Juan Lechin, por trotskista y por el Partido Comunista Marxista Leninista. Otro ex presidente, Luis Adolfo Siles Salinas, presenta su candidatura apoyado por la Asamblea de Derechos Humanos y por el Mandato de Acción Nacional (MAN).

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