"La pacificación del País Vasco pasa por el reconocimiento de sus derechos"
«La actitud del Gobierno hacia Euskadi y la marginación política a que está sometido el PNV, que constituye la fuerza política mayoritaria vasca, está creando en el pueblo vasco un sentimiento de frustración que es el caldo de cultivo para la violencia», ha manifestado a EL PAÍS el diputado del Partido Nacionalista Vasco José Angel Cuerda.El diputado vasco hizo recuento, desde que se inició la vida parlamentaria tras las elecciones del 15 de junio, de una serie de hechos que él no duda en calificar sino de marginación de su grupo. «Al PNV -manifiesta- se le impidió que formara un grupo parlamentario y, en consecuencia, que hubiera un ponente vasco en la Constitución. En el consenso constitucional no se ha contado tampoco con el PNV, y un alto cargo del Gobierno se opuso rotundamente a que prosperase en la Comisión Constitucional una enmienda para el reconocimiento del pacto foral y la devolución plena de los regímenes forales. En Madrid no se ha querido que un vasco esté al frente del Consejo General vasco. Nos duele que no se nos haya consultado sobre el decreto-ley antiterrorista que acaba de promulgar el Gobierno cuando sabemos que han sido consultados otros grupos parlamentarios. Tampoco puede ser oída la voz del PNV en la Comisión de Urgencia Legislativa de las Cortes. Por otra parte, se deroga el decreto franquista de suspensión de los conciertos económicos con las provincias vascas, pero no se vuelve a implantarlos, lo que constituye un escarnio para el pueblo vasco».
En estas condiciones, según el diputado señor Cuerda, las medidas meramente policiales contenidas en el reciente decreto-ley antiterrorista serán ineficaces, aparte de que constituye un error político que el Gobierno suplante al Parlamento. «Las medidas contra la violencia -dice- deben ser políticas y deben partir no sólo del reconocimiento de los derechos del pueblo vasco, sino de la efectiva posibilidad de ejercitarlos. El PNV está dispuesto a ayudar a la pacificación de Euskadi y a la consolidación de la democracia, pero al mismo tiempo exige que los derechos del pueblo vasco sean reconocidos. Sin embargo, no se nos permite alcanzar ninguna cota de poder político ni en Euskadi ni en el Parlamento.»
Sobre la posición meramente testimonial que algunos atribuyen al PNV, el diputado señor Cuerda comenta: «Nuestra posición no es sólo testimonial. Queremos gobernar en Euskadi y estamos preparados para ello, con cuadros suficientes para el gobierno de cada provincia vasca. Quizá nos falte la maniobrabilidad y la mano izquierda de otros grupos políticos, más numerosos a nivel del Estado, y ello puede dificultar las negociaciones a nivel de Madrid.» Finalmente, el representante del PNV negó rotundamente que su partido quiera la independencia del País Vasco. «Queremos -precisó- la autodeterminación, que no implica la independencia, y todas aquellas competencias que no sean imprescindibles para la existencia del Estado español.»
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