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"Sin libertad de precios, el Estado deberá nacionalizar toda la siderurgia integral"

«Si no se otorga la libertad de precios, el Gobierno deberá nacionalizar toda la siderurgia integral, porque el intervencionismo está reñido con la libre empresa», aseguró ayer Claudio Boada, presidente de Altos Hornos de Vizcaya, en la junta general de la sociedad celebrada en Bilbao. Al mismo tiempo, el señor Boada expuso la alternativa pactada para AHV, cuyo capital será ampliado en 1.500 millones de pesetas, y para la que se concertarán hasta 12.000 millones de crédito a bajo interés y largo plazo, repartido entre les circuitos oficiales y privados de financiación.

En un extenso y detallado informe, Claudio Boada expuso las líneas esenciales de la situación siderúrgica mundial y la española en particular, señalando las medidas y acuerdos adoptados a corto plazo, así como los planes inmediatos de la sociedad. En síntesis, el presidente de AHV calificó de grave la situación presente, aunque aventuró que la sociedad se encuentra en favorable posición frente a una eventual recuperación de la demanda, siempre que sea posible concluir la operación de apoyo de 13.000 millones de pesetas, los precios se homologuen con los de la CECA -incluida su categoría de comunicados, en lugar de autorización previa como hasta ahora- y quede ultimada la labor de saneamiento interno de todas las filiales. Algunas de éstas, como Sefanitro, y Obrascón, atraviesan momentos difíciles y deben ser replanteadas de modo total, la tercera filial con problemas, Altos Hornos del Mediterráneo, dejará de serlo en febrero de 1979, tal y como especifican los acuerdos suscritos recientemente entre los accionistas y el Ministerio de Industria. Concretamente, en el caso de Sefanitro, el señor Boada anunció -en una reunión con los informadores- que al haber rehusado participar en la construcción de la planta de amoníaco todas las empresas, públicas y privadas, del sector, se han iniciado conversaciones para exportarla; en concreto, Yugoslavia parece interesada en su adquisición. Otra empresa del grupo, Obrascón, será drásticamente replanteada «sin excluir ninguna de las soluciones posibles».En materia de coyuntura, el presidente de AHV analizó las especialmente complejas dificultades que gravitan sobre la siderurgia europea, enfrentada a una progresiva contracción de la demanda, una creciente competencia y con una deficiente estructura financiera en sus empresas. En el caso concreto de España, los problemas se agudizan y sólo el incremento de las exportaciones ha permitido mantener unos niveles de capacidad que, aunque mínimos, no han caído radicalmente. La utilización en el primer cuatrimestre del año se cifra en el 73,3%. En este punto, el señor Boada reprochó a la Administración no haber adoptado medidas de apoyo -al estilo de los restantes países europeos-, insistiendo en que la siderurgia no podrá sobrevivir sin apoyo oficial y en ningún caso si no se aplica la estructura y régimen de precios CECA. Insistiendo en este punto, destacó el carácter atípico del esquema de precios m.áximos vigente en España.

Bajo todos los puntos de vista -señaló el presidente- Altos Hornos de Vizcaya precisaba, en primer lugar, retirarse de Altos Hornos del Mediterráneo. Una vez logrado esto, con el paso de la sociedad al INI, la empresa debe sanear su estructura financiera, replantear una política de filiales e inyectar a su capital 13.000 millones de pesetas. En este sentido, y bajo el acuerdo previo de mantener a AHV en el sector privado, se entablaron las negociaciones tuteladas por el Ministerio de Industria, tras las que se alcanzó un acuerdo para la empresa de Sagunto y otro adicional para apoyar a la sociedad matriz. Este último plan consiste en ampliar hasta 10.500 millones de pesetas el capital de la sociedad -hoy de 9.000 millones-, quedando garantizada la ampliación por el grupo de hancos que financian tradicionalm ente a AHV; al tiempo se arbitrarán préstamos de la banca privada nacional por importe entre 7.000 y 8.000 millones de pesetas y se establecerá otra línea de crédito oficial entre 4.000 y 5.000 millones de pesetas. Las condiciones de ambas modalidades de financiación se fijarán a largo plazo y, con tipos de interés razonables. Esta línea de actuación, al igual que la señalada para AHV, obviamente supeditada a los correspondientes acuerdos del Consejo de Ministros y al refrendo de las Cámaras parlamentarias.

Por otra parte, el presidente señaló las necesidades de equilibrar el proceso productivo de la empresa. Así, AHV cuenta actualmente con una industria de transformación de hasta 2,5 millones de toneladas anuales, en tanto que la instalación de cabecera sólo alcanza a suministrar 1,5 millones de toneladas.

Balance de la sociedad en 1977

En la correspondiente memoria del pasado ejercicio de 1977 se refleja una facturación cercana a los 42.000 millones de pesetas, con un beneficio bruto de 6.271 millones, que una vez aplicadas las cargas de estructura muestran un resultado negativo de 3.156 millones de pesetas. En la previsión señalada para el presente año se calcula la facturación en torno a los 55.000 millones, aunque las pérdidas también se prevén más cuantiosas que las del pasado ejercicio. Especial incidencia en estos resultados tienen las caras financieras de la sociedad, que representan globalmente magnitudes ya superiores al 10% sobre la cifra de ventas. La evolución de las filiales ha gravado también de modo considerable la marcha de la sociedad. Así, Altos Hornos del Mediterráneo perdió el pasado año 3.570 millones de pesetas, agravados por otros 8.000 millones que importa la deuda a la matriz. Sefanitro cerró con pérdidas superiores a los quinientos millones de pesetas y vio incrementadas sus cargas financieras de instalación. Y finalmente Obrascón tuvo también un desfavorable ejercicio, con saldo negativo superior a su capital social (1.140 millones) en el que AHV participa con el 70%. Las restantes sociedades del grupo, entre las que destacan Agruminsa y Laminaciones de Lesaca, cerraron positivamente sus cuentas de 1977.

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