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A los treinta años de su creación, el marco es la moneda fuerte del capitalismo

El treinta aniversario de la creación del marco alemán occidental (DM) coincide con un reforma monetaria muy diferente a la que dio paso sigilosamente a la creación de la moneda alemana occidental en junio de 1948.

El DM se ha convertido en símbolo del poderío económico de la República Federal de Alemania y en ocasiones, de diferencias estratégicas entre los partidos del Gobierno y los de la oposición. En un acto conmemorativo celebrado en la iglesia de San Pablo, de Francfort, ambiente obligado de los actos patrióticos oficiales de la RFA, el ministro de Finanzas, Matthoefer, ha reclamado para la economía alemana como objetivo primordial el de lograr el pleno empleo. Otras voces discordantes han preferido denunciar la política inflacionaria del Gobierno, como el presidente del Banco Federal, o se han manifestado por, una promoción del sistema de economía de mercados y la liberación impositiva, como han hecho los jefes democristianos Kohl y Strauss.El Gobierno federal, por su parte, va menos a las denuncias y busca nuevas ocasiones para la promoción económica internacional de la RFA. El canciller ha acordado ya una serie de contactos a nivel de jefes de Gobierno antes de las dos cumbres decisivas de Bremen y Bonn, ambas entre el 6 y el 17 de julio. Antes de la reunión de Bremen del Consejo de Europa y la cumbre económica de los grandes países capitalistas, en Bonn, Schmidt se propone entrevistarse con el presidente Giscard, el viernes próximo, y con Callaghan, unos días después. Sin embargo, la gran baza del canciller será la de atraer a Bonn al propio presidente Carter, visita prevista para mediados de julio. Treinta años después de que los aliados occidentales determinasen en negociaciones secretas la desaparición del inoperante «reichsmark» heredado en precario del régimen hitieriano y el nacimiento del nuevo «marco fuerte», este marco se ha convertido en el más poderoso rival del dólar en el panorama monetario internacional. En este sentido expansionista interpretan los alemanes el cheque en blanco extendido por los veinticuatro países de la OCDE a la RFA sobre «componentes fundamentales de un programa concertado para la reactivación de la coyuntura económica mundial». Esto quiere decir que en la cumbre de los días 16 y 17 de julio, en Bonn, Alemania Federal podrá tomarse una revancha ante los seis países más industrializados del mundo a la hora de plantear con pasos concretos esta reforma. Si hasta ahora los países de la OCDE establecieron como aspiración el logro de un crecimiento del producto nacional bruto del 5 % anual, contra el criterio alemán, ahora domina la tesis de un «crecimiento rápido», lo cual permite una adecuación mayor a las pretensiones de Bonn.

Temario entrevista Giscard-Schmidt

La política energética occidental, el paro obrero, el proteccionismo, y, probablemente, las cuestiones internacionales a la luz de la evolución de la actualidad africana, serán los temas básicos para la reunión del presidente Giscard y el canciller Schmidt, el próximo viernes. La sesión es preparatoria de las próximas conferencias internacionales de Bonn y Bremen. La cumbre económica de Bonn, prevista para el 16 y 17 de julio, reunirá a los siete países industrializados más importantes de Occidente. Como en las anteriores de este mismo género, celebradas en Puerto Rico, Londres y Versalles, servirá para organizar el funcionamiento económico del mundo capitalista que, hasta 1970, estaba regido por el sistema monetario que cancelaron los americanos al suspender la convertibilidad del oro. La otra cumbre, en Bremen los días 6 y 7 de julio, reunirá a los nueve de la CEE con objeto de reactivar la cooperación económica y monetaria. Todo indica que los países comunitarios han llegado a un cierto consenso que permitirá, en Bremen, avanzar por el camino de la cooperación monetaria.

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