Duras críticas de Ricardo de la Cierva a los servicios oficiales de publicaciones

Ricardo de la Cierva, senador de UCD por la provincia de Murcia y asesor personal del presidente Suárez en materia de cultura, denunció ayer en Granada la política estatal de publicaciones, calificándola de «derrochista y anticultural», durante su intervención en la mesa redonda que sobre el tema Política cultural y del libro se celebró en el edificio del hospital Real, dentro de los actos programados por los organizadores del VI Congreso Nacional de Libreros.

Armando López Salinas (del PCE), Luxán Menéndez (diputado del PSOE y portavoz de la comisión de Cultura del Congreso) y González Fernández (de AP) intervinieron, junto al senador ucedista, en la mesa redonda y coincidieron en señalar la necesidad de prestar ayuda real y oficial a los libreros, así como de luchar para conseguir la plena liberalización de la cultura en nuestro país.Ricardo de la Cierva, que el próximo curso se incorporará como catedrático de Historia a la Facultad de Letras de la Universidad de Granada, señaló que el Estado tiene actualmente más de veinticuatro servicios de publicaciones -«cuando lo normal en otros países es que haya uno solo»- y un gasto mínimo anual de 3.000 millones de pesetas, lo que representa una cifra superior a la que alcanza el conjunto de todas las editoriales privadas. «Sin embargo -dijo-, se trata de publicaciones que no sirven para nada y que en muchos casos encierran todo un entramado de picaresca y corrupción. Desde luego, mientras no se deje de practicar esta política no comunicativa y anticulturai en torno al mundo de las publicaciones, con la tremenda sangría que supone el derroche de miles de millones en libros que, después de haber tenido un coste cinco veces superior al de las editoriales privadas, terminan casi siempre quedándose almacenados, el Estado no podrá contar con una política realista y adecuada al contexto cultural que nuestro país exige y necesita. »

El profesor De la Cierva denunció asimismo la «falta de sentido cultural padecida en nuestra educación, no ya sólo en los famosos cuarenta años, sino también antes y después de los mismos», y calificó al sistema educativo español a lo largo de la historia de «extracultural, acultural y muchas veces anticultural». Finalmente, negó que los libros españoles, incluidos los de texto, sean caros en la actualidad, y se declaró partidario de la no gratuidad de los mismos.

Necesidad de una nueva ley del Libro

Por su parte, López Salinas, para quien la cultura es uno de los «factores revolucionaríos de los pueblos», planteó la necesidad de una nueva ley del Libro, elaborada con la participación conjunta de todos los sectores triplicados, desde el lector hasta el propio Estado, pasando por autor, editor y librero. El escritor comunista se refirió igualmente a la necesidad de socializar los libros de texto para conseguir la gratuidad total de los mismos, «El Estado -dijo- debe asumir los gastos tanto de la edición de libros de texto como de su posterior distribución, al tiempo que ésta debe dejarse exclusivamente en manos de los libreros con objeto de acabar con todo el entramado de intereses actualmente existente. »El diputado socialista Luxán Menéndez se mostró en total acuerdo con las críticas realizadas por Ricardo de la Cierva y lamentó que el Gobierno de UCD no pareciera de la misma opinión que su senador por Murcia, «a la hora de abordar una política cultural acorde con el actual momento español». Al igual que López Salinas, el señor Luxán defendió también la necesidad de conseguir la gratuidad de los libros de texto y su distribución exclusiva a través de los libreros, mientras que el representante de Alianza Popular, Manuel González, se mostró partidario de la liberalización de este sector en todos sus aspectos (comercial, sociológico, ideológico ... ), y dijo que «la venta de libros de texto debe realizarse únicamente a través de las librerías, para acabar de una vez con los escándalos que produce su distribución por otros canales».

El tema de la distribución del libro al margen de los libreros, sistema practicado por algunas importantes editoriales, principalmente las especializadas en enciclopedias y libros de arte, así como la distribución del libro de texto a través de los colegios, fue asimismo objeto de fuerte polémica en el curso de una segunda mesa redonda en la que, bajo el lema de El mundo del libro, a juicio público, participaron, entre otras personas, el conocido escritor y editor Carlos Barral y el novelista granadino José Asenjo Sedano, ganador del último Premio Nadal.

La jornada de ayer fue dedicada, por otra parte, a la discusión de las dos primeras ponencias del congreso, Librerías especializadas y Librerías de libros de texto, respectivamente, cuyos debates se desarrollaron de manera simultánea con los congresistas divididos en dos diferentes y opcionales grupos de trabajo. Por la tarde, tras las sesiones y en el mismo edificio del hospital Real, dependiente de la Universidad, el congreso de libreros celebró un homenaje a Federico García Lorca en el que, además de la propia familia del poeta de Fuentevaqueros, tomaron parte algunos de sus más conocidos biógrafos e investigadores de su muerte, entre ellos los franceses Marie Laffranque y Claude Couffon y el español José Luis Cano.