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Prueba de fuerza en Israel entre Begin y Weizman

El enfrentamiento Begin-Weizman, tantas veces anunciado y tantas veces pospuesto, ha estallado finalmente y amenaza seriamente al Gobierno israelí.Después de haber dudado mucho tiempo, el ministro de Defensa, Ezer Weizman, ha escogido como campo de batalla las respuestas al cuestionario sometido por Washington sobre el futuro de los territorios ocupados. En este terreno es mucho más fácil atacar a Begin que en las negociaciones con Egipto,,en donde Weizman podría haber sido fácilmente acusado de haberse dejado «adular» o «cautivar» por el encanto de Sadat y de querer «capitular» ante el enemigo. Ahora se trata de relaciones israelo-norteamericanas, un campo muy delicado para Menahem Begin.

El primer ministro israelí se mantiene recluido y no recibe a nadie. Sus contactos con los ministros son únicamente telefónicos. Enfermo o enfadado, Begin parece realmente haber agotado sus fuerzas y la tensión de estos últimos días no contribuye a mejorar su estado de salud.

El misterio que rodea a los boletines acerca de su salud y la insistencia del secretario del Gobierno y sus próximos de que el primer ministro no está enfermo, sino solamente cansado, hacen temer lo peor y han hecho nacer todo tipo de especulaciones.

Weizman por el momento se mantiene en sus posiciones y se niega a modificar el texto presentado por él, que aboga por definir ahora el estatuto de Cisjordania cuando expire el plazo de cinco años de régimen autonómico, a pesar de las amenazas de dimisión formuladas por Begin.

Moshe Dayan, por el corrtrario, decidió retirar su proposición para apaciguar al primer ministro. Las malas lenguas afirman que Dayan se ha acomodado no por lealtad, sino porque ningún otro ministro se mostró dispuesto a apoyar el texto del Ministerio del Exterior.

La proposición del ministro de Defensa tuvo más éxito. Siete ministros, por lo menos, se han declarado favorables al texto sometido por Weizman. La amenaza de dimisión de Begin ocurrió cuando éste se dio cuenta de que podía haber sido derrotado en votación por su ministro de Defensa.

Es demasiado pronto para saber cuál será la solución de este problema. Mientras tanto, los comentaristas se preguntan si en esta lucha encarnizada en torno a las propuestas los protagonistas no olvidan el fondo del asunto. El editorialista del diario «Maariv» (independiente nacionalista) escribia: «Todos los que presentan textos saben que la decisión que Israel debe tomar invitada por Washington no es de naturaleza lingüística sino política e ideológica. Aunque los ministros lleguen a un compromiso lingüístico, eso no evitará que el Gobierno tenga que tomar una decisión sobre el fondo.»

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