Guerra de espías entre Washington y Moscú
El deterioro de las relaciones soviético-norteamericanas parece extenderse a un nuevo terreno, donde hasta ahora ambas partes habían venido guardando un discreto silencio: el del espionaje. Una serie de incidentes producidos en los últimos días y que podrían continuar en un futuro próximo permiten hablar ya de la guerra de los espías entre Washington y Moscú.La detención de un hombre de negocios norteamericano por la policía soviética a principios de esta semana en Moscú se considera en la Administración Carter como una represalia por el arresto en Nueva Jersey, hace quince días, de dos funcionarios rusos de la ONU, que fueron acusados de espionaje.
El ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, habría advertido a su colega norteamericano, Cyrus Vance, de que la detención y encarcelamiento de los dos funcionarios de las Naciones Unidas, que no poseen inmunidad diplomática, podría encontrar una rápida respuesta en Moscú, según revelaron ayer fuentes del Gobierno de Estados Unidos.
La gran publicidad dada a la detención de los presuntos espías soviéticos se considera en el Kremlin como una violación del código tácitamente aceptado por las dos superpotencias de actuar en estos casos con la máxima discreción.
Este hecho, junto a la publicidad dada al caso, provocó la advertencia de Gromiko. y unos días después, las primeras acciones de Moscú que se consideran represalias en Estados Unidos.
El diario gubernamental Izvestia reveló hace unos días la detención, por los servicios soviéticos de seguridad, de Martha Peterson, una vicecónsul de la embajada norteamericana en Moscú, que era en realidad una agente de la CIA. El incidente ocurrió hace casi un año y se había mantenido en secreto por ambas partes.
El segundo incidente fue la citada detención de F. Jay Crawford, un ejecutivo de la compañía estadounidense International Harvester, con gran experiencia en las relaciones comerciales con la Unión Soviética. Crawford fue obligado a descender de su coche por la policía y se le acusó de violación de las leyes monetarias. Lo escandaloso del arresto se interpretó en medios oficiales norteamericanos como una señal de que los soviéticos están dispuestos a actuar con dureza.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.