Brasil, la selección más vituperada

«Fuimos a ver una escuela de samba y vimos una murga», dice Alfredo Di Stéfano en su articulo de Clarín. Pelé ha sido más concluyente: «Yo vine para elogiar a Brasil y no para enterrarlo.» A la frase cesariana ha acompañado Juan Carlos Lorenzo con ésta: «La tarde estaba para irse al cine, y en un estadio de fútbol, Brasil y España nos hicieron ver una película de terror.» Helenio Herrera ha sido casi insultante para los brasileños: «Frente a España pareció un equipo de segunda división».

Brasil ha sido la gran desilusión del Mundial. Claudio Coutinho ya ha anunciado su dimisión. Antes del comienzo del Mundial había dicho que de no alcanzar el título tardaría tres meses en regresar a su país. Con el fracaso por divisa, Coutinho ya no se atreve ni a seguir en la concentración. Si ayer hubo quema de efigies suyas por Mar del Plata, hoy la prensa brasileña pie su cabeza y Argentina le hace responsable de los grandes fallos técnicos que han sido advertidos.Los técnicos no acaban de entender cómo es posible que un país como Brasil no haya sido capaz de traer a un Mundial a cuatro delanteros de auténtica talla. Los miedos del seleccionador brasileño han llegado a extremos totalmente inconcebibles. Las críticas para Kubala por el partido de Mar del Plata han sido menores que para Coutinho. Creo que por la simple razón de que estaba considerado como un comparsa.

El segundo entrenador brasileño se hará cargo del equipo, y parece que Pelé será su asesor. Brasil, que aun tiene grandes posibilidades para alcanzar la clasificación, se dispone a reaccionar. Frente a Austria será temible.

Austria es la selección que mas ha llamado la atención en el Mundial. Era el pariente pobre y ha conseguido sentarse en la cabecera de la mesa. Para Brasil será muy difícil el partido, porque Senekowich tiene la necesidad moral de batir a Brasil. El seleccionador austriaco parece que tiene asegurada su vuelta a España. Ya ha dicho que su equipo saldrá a ganar, y hombres como Krankl, Pezzey y Probaska, que son la base técnica del conjunto, continuarán intentando estar entre los mejores del Mundial. Para alguno de ellos podría llegar incluso un traspaso importante.

Perú era una especie de asilo de ancianos desamparados y está a la altura de Holanda. Perú era una selección folklórica; ha demostrado unas cualidades que ya se conocían en muchos de sus hombres y una fortaleza física que era impensable para los años que arrastran.

A Perú le basta con empatarle a Irán para obtener la clasificación. Una victoria abultada quizá no le interesa demasiado, porque ello podría colocarle en el primer puesto y, por ende, en el grupo segundo, que presumiblemente será el más fuerte.

Si ridículo ha sido el de Brasil, que aún puede lograr el pase, bochornosa ha sido la actuación de Escocia, que ni siquiera ha podido derrotar a Irán. Las juergas nocturnas y el alcohol se han notado en el juego. Escocia, una selección de fútbol fuerza, ha sido un equipo sin ideas, y sin esas cualidades que nunca faltan al fútbol británico.

Argentina e Italia dirimirán el sábado el primer puesto del grupo primero. Mientras Italia ha ido a más, Argentina no ha logrado reparar las averías que tiene en el equipo. Además, ahora tendrá la ausencia forzosa de Luque, que padeció ante Francia una luxación en el codo derecho.

Argentina, el país, siente ya como suya la copa de la FIFA y podría ocurrir que sufriera una gran desilusión. El equipo argentino no está cuajado. Tiene individualidades y gana los partidos por genio más que por técnica futbolística, que ha sido lo que le ha distinguido siempre.

Argentina tiene en la defensa su parte más débil. Italia es un conjunto más homogéneo, y de cara a la selección ideal del torneo ha lanzado ya estos nombres: Benetti, Bettega, Rossi, Antognoni y Causio: éste, que estaba en entredicho, se ha convertido en uno de los extremos más peligrosos del Mundial.

Alemania y Polonia, por el hecho de haber mantenido su postura preponderante dentro de su grupo, son las selecciones que menos popularidad gozan. Son, sin embargo, dos nombres que hay que seguir teniendo en cuenta.