Notables divergencias entre los partidos vascos sobre la autonomía

Los dirigentes de los partidos políticos parlamentarios de Euskadi reflejaron ayer en San Sebastián los grados de autonomía que defenderán y potenciarán para el País Vasco.Una vez más pudieron observarse las grandes diferencias, insalvables en algunos casos, del distinto abanico de fuerzas políticas que actúa en el país y cuyos criterios autonómicos de fondo, así como la forma de potenciarlos, llegan a estar en algunas ocasiones encontrados. Mientras que la izquierda abertzale, representada por Juan María Bandrés, de Euskadiko Ezquerra, y Goyo Monreal, de ESEI, reivindica para Euskadi la soberanía fiscal sin olvidarse de la solidaridad con los restantes pueblos del Estado español (criterio también defendido por el PNV, aunque dentro de una economía de mercado), el representante del Partido Socialista de Euskadi (PSOE), Carlos Solachaga, sólo se atrevió a hablar de cierta autonomía fiscal, y la derecha española encuadrada en AP, a través de su portavoz José Luis Pérez de Bilbao recalcó la primacía de los aspectos históricos sobre los económicos. El señor Ibarra, en representación del PNV, aseguró que no habían encontrado ningún apoyo en las fuerzas políticas españolas de derecha e izquierda, incluida entre estas últimas el PSOE, para negociar la autonomía y, opino que no se podía hacer política en el país sin contar con el PNV, al que ciertos grupos que podrían estar próximos a él no le aceptan de momento «por haber entrado en el circo político que ha montado el señor Suárez». El representante de Euskadiko Ezquerra reforzó este argumento y dijo, respecto a las negociaciones autonómicas, que «da la impresión de que en Euskadi y Madrid hablamos dos lenguajes radicalmente distintos y lo que exigimos los vascos, que aquí nos parece un mínimo, allí es calificado de maximalismo insolente». El tema de los conciertos económicos fue abordado con amplitud de detalles y disparidad de criterios y, mientras el PNV y los representantes de la izquierda abertzale consideran fundamental su restablecimiento, el PSOE les acusa de dar demasiada importancia al tema, señalando que los conciertos tienen una mala imagen en España.