Sutcliffe, Evans y Schwartz

Frank Meadow Sutcliffe, Walker Evans y Carlos Schwartz exponen conjuntamente en La Photogalería de Madrid. La colectiva no tiene una línea común ni padece ese propósito. Ni siquiera generacionalmente tienen algo que ver los tres artistas. Frank Meadow Sutcliffe, norteamericano, hizo estas fotografías entre 1870 y 1919. Walker Evans realizó las suyas durante la segunda guerra mundial y son, en realidad, el reflejo que esa contienda tuvo en el paraíso americano. Carlos Schwartz es un artista español de poco más de treinta años que aun se halla experimentando sobre su mejor modo de expresión. Aun así, en ese ejercicio experimental ha adquirido una madurez que proviene sobre todo de su propia historia cultural.Entre los tres fotógrafos hay, de todos modos, un nexo, los tres son maestros del retrato personal, de la investigación sobre los distintos cercos que conforman la cara -la ternura, la tristeza, la sonrisa- de un personaje o de un grupo de individuos. Sutcliffe y Evans, ambos norteamericanos, usan esa materia para dar la sensación del hombre que espera, junto a una tierra, un mar o una geografía indomables.

La contemplación de la naturaleza acometida por Schwartz son producto de su vocación. Es un arquitecto preocupado por la investigación urbanística y es un apasionado de las artes plásticas, apasionamiento que lo ha llevado al conocimiento directo de muchos contemporáneos que comparten con él el entusiasmo por la expresión de la piedra y de la tierra. Quien conozca bien la obra de Henry Moore, de quien Carlos Schwartz es un amigo, verá pronto que la obsesión que el escultor británico tiene por las piedras y su disposicion azarosa en el espacio ha calado hondo en este fotógrafo.

El interés por el retrato, que Carlos Schwartz nos oculta en esta ocasión, no ha podido quedar totalmente olvidado en estos retratos de la piedra. La voluntad de humanizar la naturaleza canaria -el origen geográfico de este fotógrafo- es una consecuencia de ese otro modo de expresión de Schwartz, quien casualmente es responsable del espléndido rostro fotografiado de Josep Lluis Sert que aparece en el catálogo que el museo de Arte Contemporáneo preparó para la exposición que el artista catalán mantiene abierta en Madrid.