Las viviendas no habitadas no sufrirán gravamen por el momento
Un total de dieciséis artículos fueron aprobados ayer por la Comisión de Hacienda del Congreso, encargada de dictaminar el proyecto de ley del impuesto sobre la renta de las personas físicas, sin que a lo largo de la amplia jornada de trabajo -de diez a dos, por la mañana, y de cinco a ocho, por la tarde- se produjeran especiales enfrentamientos dialécticos entre los grupos parlamentarios presentes en la comisión, a excepción del debate que provocó la discusión del epígrafe C del artículo dieciséis, incluido por la ponencia en base a una enmienda presentada por el PSOE y referente al gravamen de pisos desalojados.
La sesión transcurrió con una gran placidez y se fue aprobando artículo tras artículo sin que éstos sufrieran mayores modificaciones. Sólo en raras excepciones varió el texto original de. la ponencia en un sentido amplio, y fue frecuente el cambio gramatical o de sintaxis de la redacción presentada.Aunque no se pueda hablar de pugna, sí se pueden resaltar situaciones curiosas y conflictivas. La primera fue el voto particular presentado por el representante de Alianza Popular, Laureano López Rodó, contra la referencia hecha en el apartado uno del artículo quinto, a la disolución del matrimonio, por entender que en una ley de naturaleza tributaria no debía introducirse una terminología jurídica como la señalada. El voto particular del señor López Rodó, y así el proyecto de ley del impuesto sobre la renta, contempla como lo hiciera ya el proyecto constitucional, el divorcio dentro de la sociedad española.
Una segunda situación digna de resaltar, dentro de la atonía y el total acuerdo existente entre los grupos mayoritarios, fue la protagonizada también por el señor López Rodó al presentar una enmienda, la número uno, contra el apartado tres del artículo séptimo, y que establece que cuando el sujeto pasivo sea la unidad familiar, se acumularán todos los rendimientos y ganancias de capital, tanto de los privativos de los cónyuges y de los hijos menores no emancipados, cualquiera que sea el régimen económico de aquélla. Laureano López Rodó basaba su enmienda en alegar que en unos tiempos en que muchas parejas, que constituyen de hecho una unidad familiar, prescinden del matrimonio, no parece oportuno penalizar a éste fiscalmente. En definitiva, el señor López Rodó se mostró contrario al concubinato que, a la postre, puede fomentar el artículo aprobado definitivamente.
Desidia y aburrimiento
Entre estas actitudes, que vinieron a levantar el ánimo de los diputados y el cambio de palabras del texto definitivo, más acordes con el contexto o más aceptables al oído, la sesión continuó un poco entre la desidia y el aburrimiento, hasta el punto que con ocasión de votar la enmienda 76, presentada por Rubens Henríquez Hernández, de UCD, recogida por la ponencia para el texto propuesto y posteriormente aprobado, la propia UCD se abstuvo en la votación, oponiéndose los socialistas, con lo que se dio la paradoja de que la comisión aprobó el texto de la ponencia y rechazó la enmienda en que se apoyaba el propio texto definitivo, lo que, a todas luces, pare ce un contrasentido y demuestra o falta de estrategia o cansancio por parte de algún que otro grupo. Este tipo de situaciones se produjeron en varias ocasiones a lo largo de las siete horas que duró la sesión de ayer.
Sólo al final de la tarde se alegró la comisión y cobró más ritmo la discusión, con motivo de tratarse el nuevo precepto propuesto por los socialistas y aceptado por la ponencia, y que hace referencia a la tributación a los inmuebles ocupados.
El texto presentado por la ponencia señalaba que «en el supuesto de viviendas propiedad de personas distintas del promotor, que se encuentre desocupada durante más de diez meses al año, seguidos o alternos, y que sea propiedad de miembros de una unidad familiar ,en la que existen más de tres viviendas, se estimará la renta que resulte de aplicar el 10 % al valor por el que se hallen computados o que deberían en su caso, computarse, a los efectos del Impuesto sobre el Patrimonio Neto».
Los diputados socialistas defendieron su enmienda en base a la absoluta necesidad que este país tiene de viviendas habitables por lo que parece irracional que existan en España miles de inmuebles desocupados. En opinión de los socialistas, el gravar estas viviendas desocupadas podría ayudar a solucionar el problema de vivienda que actualmente padecemos.
A continuación, un representante de la UCD vino a señalar que el precepto resultaría injusto para propietarios de viviendas de pisos altos y sin ascensor difíciles de alquilar, que el problema de las viviendas era de la competencia de Obras Públicas y que una norma del tipo que se estaba discutiendo no podía resultar muy concreta. En cualquier caso y para mostrar su buena voluntad ofreció estudiar el tema cuando se llegase al impuesto local de Contribución Urbana.
A pesar de los ruegos de los parlamentarios de izquierda de que UCD estudiase la posibilidad de aprobar el precepto con variaciones o que al menos ofreciese algún tipo de alternativa, se llegó a la votación y el texto de la ponencia fue derrotado por dieciocho votos en contra, trece a favor y dos abstenciones.
Bien en su explicación de voto o en las discusiones que generó el texto, la mayoría de los grupos parlamentarios ofrecieron su visión del tema. Desde la de UCD, que señalaba que el asunto hay que enfocarlo como un impuesto de producto y no de personas, que el precepto era moderado, imperfecto y superable, que es fácil de burlar y que puede perjudicar a casos concretos al convertirse en una normal general; socialistas y comunistas convirtieron la propuesta en un asunto de macro-economía dado el acuciante problema de vivienda que tiene el país. Sea como fuere, la realidad es que una posibilidad entre muchas para poner solución a la falta de viviendas y al alto índice de inmuebles deshabitados, fue rechazada ayer en las Cortes o al menos aplazada si UCD cumple con la promesa de esperar a la Contribución Urbana para encontrar una solución.
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