Preocupación gubernamental por el déficit de la balanza comercial agraria

El último Consejo de Ministros aprobó una medida presentada por el Ministerio de Agricultura sobre fomento a la iniciativa privada para transformaciones en regadío, para lo cual se establece un sistema de financiación conjunto entre los empresarios agrícolas, las entidades de financiación de carácter público y privado y el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (Iryda) para la realización de nuevos regadíos y mejora de los existentes, cuya finalidad es el fomentar cultivos que puedan reducir el déficit de la balanza comercial agraria.Es nueva medida, que tiene por objeto reducir el desequilibrio de la balanza agraria española en sus intercambios con el exterior, se engloba dentro de una política gubernamental tendente a poner fin a los continuados errores cometidos en la política agraria española, especialmente significativos en los últimos años, como lo demuestra el hecho de que un sector que podía haber contribuido a paliar el déficit exterior, agudizado por la crisis energética, está, por el contrario, incidiendo de manera importante en su agravamiento.

La nueva medida, que verá la luz a través de un decreto, pretende impulsar nuevas líneas de riego que reduzcan el consumo de agua en provincias que sufren una acusada penuria de este recurso, como es el caso de las islas Canarias, y promover la creación de puestos de trabajo en el medio rural, fundamentalmente en aquellas regiones más afectadas por problemas de paro.

La concesión de créditos por parte de las entidades financieras hasta un total de 10.000 millones de pesetas supondrá una importante aportación a los recursos propios de los Presupuestos del Estado, que invertirá de 2.500 a 3.000 millones de pesetas en esta operación durante los próximos tres años, correspondiendo una inversión inicial de más de 4.000 millones de pesetas a los agricultores cuya rapidez de ejecución se puso ya de manifiesto con ocasión de un decreto similar promulgado en 1976, como consecuencia del cual se han puesto en riego unas 100.000 hectáreas de secano y mejorado otras tantas de antiguos regadíos.

La medida aprobada en el último Consejo de Ministros se une a otras del Ministerio de Agricultura, como son el incremento de la superficie de de cultivo de la soja o la ordenación de cultivos, cuyo único fin es el equilibrar la balanza agraria española en la medida en que sea posible, ya que secularmente el déficit de la balanza agraria española ha sido causa de preocupación para todos los titulares del Ministerio de Agricultura.

En efecto, el déficit comercial agrario ha llegado a adquirir una importancia significativa dentro del déficit global de la balanza comercial española. como lo demuestra el hecho de que mientras en 1970 el déficit agrario representaba el 3,9% del total, en 1977 este porcentaje se ha elevado al 14,9 %. De esta forma, y en contra de las tendencias actuales, que van hacia una reducción de nuestras importaciones (petróleo, bienes de equipo, etcétera), el sector agrario es el único que no ha contribuido hasta el momento a reducir el desequilibrio de la balanza comercial.

Durante 1977 las importaciones españolas agrarias totalizaron 262.750 millones de pesetas, cifra que representa, un 19,5 % sobre la cifra global de nuestras compras al exterior. Por su parte, las exportaciones supusieron 177.046 millones (22,8 %). La tasa de cobertura de la balanza comercial agraria fue en el pasado año del 67,4%, frente al 57,4 % de la balanza comercial total.

Las importaciones agrarias han conservado a lo largo de la actual década una similar participación relativa en las importaciones totales -cerca de un 20 %-, mientras que las exportaciones han pasado de representar un tercio del total de las ventas españolas, en 1970, a poco más de una quinta parte, en 1977. De esta forma, mientras el porcentaje de cobertura de las importaciones por las exportaciones era en 1970 del 90,3 % en el sector agrario, y el 50,3 % para el comercio en su conjunto, en 1977 estos porcentajes son del 67,4 % y del 57,4 %, respectivamente.

Las principales razones del deterioro de la balanza agraria hay que buscarlas en la dependencia a que ha llegado la ganadería española de materias primas importadas, principalmente de EEUU, y a los intereses creados en general, que han impedido hasta el momento una reducción de las importaciones agrarias, hechos estos denunciados en algunas ocasiones por organismos internacionales, como la OCDE.