El ministro de Hacienda y la UGT
«Si el ministro de Hacienda, Fernández Ordóñez, actuó por sí o con la autorización del Gobierno en conceder el aval para que la UGT recibiese el préstamo de los diez millones de marcos (unos 377 millones de pesetas), debemos pensar que la operación era lo suficientemente lícita para que los españoles la conociesen. Su obligación, en todo caso, era haber informado a la opinión pública. Ocultarla como la ha ocultado hasta que el secreto ha sido desvelado por terceros, en este caso El Imparcial, da pábulo a pensar que, en todo caso, se trataba de una operación sucia. Una operación sucia que discriminaba, en plena campaña electoral, a las restantes centrales sindicales que acudían a la convocatoria electoral.El portavoz de la UGT afirma que "el aval fue otorgado por el Gobierno en función del patrimonio sindical adeudado a la UGT". Tampoco somos quién para entrar a juzgar si, efectivamente, hay un patrimonio sindical que se le adeude a la UGT, aunque consideramos que el poder ejecutivo no es quién para tomar o considerar simplemente una decisión de esta magnitud sin una sentencia judicial. Pero, repetimos, lo que está fuera de toda duda es que el señor Fernández Ordóñez, por sí o con el conocimiento del Gobierno, actuó sin dar cuenta a la opinión pública, escondiendo una operación que ponía en peligro incluso el patrimonio de todos los españoles, y, sobre todo, en favor de una determinada central sindical.
Todo parece indicar que el último ministro de Relaciones Sindicales, Enrique de la Mata Gorostizaga, se había comprometido con Nicolás Redondo, secretario general de la UGT, a darle trescientos millones de pesetas, en base a la posible devolución del patrimonio sindical a la UGT, para que los utilizase en la campaña electoral sindical. El cese de Enrique de la Mata como ministro y su salida del Gobierno dejó sin interlocutor válido a Nicolás Redondo, quien, al pasar la AISS al Ministerio de Trabajo, quiso hacer valer, ante el titular de este Departamento, los compromisos con Enrique de la Mata para que le dieran el dinero prometido.
Ignoramos el fruto de este nuevo contacto, pero debió ser negativo ,cuando Nicolás Redondo se dirigió al ministro de Hacienda para formalizar el compromiso. Fue entonces, y según nuestras fuentes, cuando la UGT consiguió ver formalizada la operación, gracias al aval que prestó el Banco de España, y pudo recibir, a través del Banco Exterior, los diez millones de marcos que, según confesión del portavoz de la UGT, había solicitado de las entidades de la República Federal Alemana.»
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