Primera visita oficial del director general de Publicaciones y Bibliotecas de México

El director general de Publicaciones y Bibliotecas de México, Roger Díaz de Cossio, se encuentra en Madrid con objeto de mantener contactos oficiales con el Ministerio de Cultura. También establecerá relaciones con la industria editorial española, que a través de las exportaciones tiene una notable presencia en el mercado mexicano.

La unificación de la política del libro y las bibliotecas en un mismo departamento gubernamental ha seguido un proceso parecido en ambos países, si bien en México depende del Ministerio de Educación y comenzó sus actividades en el pasado mes de enero.«En este primer contacto -declaró a EL PAIS el profesor Díaz de Cossio- vamos a desarrollar el intercambio de varias ideas y proyectos conjuntos dentro de nuestros programas de actuación. El proyecto más avanzado es fortalecer los acervos de la cultura iberoamericana, para evitar la contradicción existente de que una gran parte de ese acervo se encuentra depositado en las universidades norteamericanas. Con esta finalidad vamos a juntar los esfuerzos de las bibliotecas nacionales de Madrid y México para estudiar el intercambio de catálogos y publicaciones, y conocer así los fondos bibliográficos. Las bibliotecas están miserablemente atendidas. Llevar una política de compras y de personal especializado es un proceso lento y costoso. Tenga en cuenta que la biblioteca de Illinois (Estados Unidos) tiene cerca de diez millones de volúmenes, mientras que la Biblioteca Nacional de Madrid contiene tres millones. En nuestro caso podemos aprender de España en lo que se refiere a los libros y bibliotecas, en un intercambio de experiencias y programas.»

El sistema de bibliobuses es un aspecto concreto que el profeso Díaz de Cossio quiere trasladar a México. «La idea es más extensa entendiendo los bibliobuses como «contaminante cultural», llevar la cultura a las pequeñas comunidades y a los mercados; además de libros, manifestaciones musicales y cinematográficas. »

Entre los programas del departamento ministerial mexicano figura la creación de un club de libros para abastecer a los 600.000 maestros de EGB, situa dos la mayoría de ellos en lugares donde no existen bibliotecas, aumentar el número de librerías (hay 250 librerías en México y unos 1.500 puntos de venta), a base de créditos y ayudas del Estado, y de bibliotecas pública (hay 140), así como la instalación de salas de lecturas en comunidades de menos de mil habitantes (existen unas 80.000 comunidades de este tipo).

Sobre la industria editorial, el profesor Díaz de Cossio manifiesta que está poco desarrollada, sobre todo en el equipamiento técnico. «La política gubernamental en este campo tiene para los editores una serie de beneficios fiscales, en especial para la dotación de infraestructura, pero no para los libreros. Tenga en cuenta que nuestra industria editorial comienza en los años cuarenta, donde tuvieron una gran presencia los exiliados españoles. Existen extensas relaciones entre los editores mexicanos y españoles. Un caso notable es el de Juan Salvat, que ha creado un mercado masivo de libros en supermercados. Al ser más potente la industria española y que no se coma a la incipiente mexicana tenemos que pensar en programas conjuntos de coediciones y en el crecimiento de las editoriales españolas establecidas en México, que incluso exportan a otros países. Para los editores, el mercado mexicano es enorme y por eso debemos llevar una política conjunta e imaginativa a corto plazo.»

El director general de Publicaciones y Bibliotecas de México hoy visita Barcelona, donde conversará con editores catalanes.