La estética del Ayuntamiento

Cuando uno pasea su mirada desde cualquier pequeña atalaya sobre Madrid, nuestra sensibilidad aprecia y goza enteramente de la «belleza» que produce la contemplación de esos edificios mastodónticos y arrogantes, fruto del «sacro» amor del intelecto especulativo que hasta ahora -y temo que no tiene límite temporal- ofrece nuestra Villa y Corte. Por increíble que parezca; me entero que el Ayuntamiento tiene un concepto estético que opera en la realidad del espacio para goce sensitivo de sus ciudadanos. Ejemplo ilustrativo es la remodelación que está efectuando en la plaza de Luca de Tena, en la que nuestras autoridades locales se han propuesto la laudable tarea de convertirla en un espacio más asequible al recreo de sus vecinos. Nada habría que objetar si no fuera que bajo la retórica estética obliga a que la anciana que regenta un pequeño kiosco de caramelos en la citada plaza, su único medio de subsistencia, se vaya o compre otro más estético y en consondncia formal con el espacio remodelado. Como sus escasos medios de subsistencia no le permiten adqrfirir un bello kiosco, y para que el equilibrio armónico de la plaza no sufra merma alguna, en nombre de un concepto universal se arroja a una vecina de la Villa a la cloaca de la submiseria.No nos engañemos, la estética die nuestro Ayuntamiento sólo sirve para especular y alojar en la descolorida tela de la miseria a un a anciana. Más les valía a los hombres que rigen nuestro Ayuntamiento que se dejasen de retóricas sonoras y huecas que no hacen más que justificar «sacros» intereses personales. Sería la mejor forma de clarificar la realidad. Y de verdad que se lo agradeceríamos, porque ya sabríamos a quiénes no tendremos que votar.