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Elecciones parciales al Senado

El presidente mantuvo en Alicante La política de consenso, pese a su participación en la campaña electoral

«Suárez, traidor; tú también cantaste el Cara al Sol», gritaron -brazo en alto- un grupo de muchachos de Fuerza Joven cuando el presidente de Unión de Centro Democrático (UCD) comenzaba a estrechar manos y recibir abrazos -el pasado domingo- en la plaza de la Glorieta de Elche. Su interés por contactar directamente con la gente sería la nota característica de todo el recorrido efectuado en la provincia de Alicante del presidente del Gobierno, para apoyar la candidatura de UCD en las elecciones parciales del día 17. La primera intervención formal de Adolfo Suárez en una campaña electoral terminó con un mitin en la capital de la provincia, en el que quiso perder de vista su condición de presidente del Gabinete y, aunque apoyó la opción de su partido, no se mostró especialmente beligerante para dejar a salvo la política de consenso que viene propugnando.Adolfo Suárez salió de Madrid en vuelo regular de Iberia a las 8.55 de la mañana del domingo, provisto de su correspondiente billete, y utilizó los medios normales de embarque para pasajeros. A lo largo de todo el recorrido por Alicante, los responsables electorales de UCD quisieron dejar de manifiesto que el presidente de su partido acudía como líder de la formación centrista, por lo que no se utilizaron recursos estatales. Sólo un discreto dispositivo de seguridad acompañó al señor Suárez, y las cámaras de Televisión no realizaron el despliegue habitual de las visitas del presidente del Gobierno.

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Suárez hizo en Asturias campaña en la calle

Después de nueve horas de estrechar manos por las calles, besar a ancianas y niños, y responder a los aplausos que le tributaron los vecinos de Alcoy, Petrel, Elda, Ib¡, Elche y Orihuela, el presidente Suárez mantuvo en Alicante una rueda de prensa en la que puso de manifiesto que su partido había superado las tensiones, estaba más cohesionado que nunca, y que tenía plena confianza en sus ministros.

Esta última afirmación la hizo saliendo al paso de las recientes declaraciones de Alfonso Guerra, en las que reveló la existencia de contactos de ministros del Gobierno con el PSOE. «Estoy acostumbrado a las declaraciones de Alfonso Guerra -afirmó- y puedo desmentir rotundamente que ninguno de los ministros ha sido llamado por mí sobre este asunto. Tengo toda la confianza en mis ministros, y respecto a las intenciones del señor Guerra de no dar los nombres, para así crear recelos en el seno del Gobierno, sólo puedo decir que el señor Guerra puede seguir su camino, pero no conseguirá su objetivo.»

No hay tendencias en UCD

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El presidente minimizó la última crisis de UCD, afirmando que tan sólo se habían producido las tensiones normales en un partido que acaba de nacer, y está creciendo, y negó que siguieran existiendo tendencias dentro de UCD. Cuando se le preguntó si se encontraba cómodo entre dos socialdemócratas -tomaban asiento a su lado el candidato a senador Luis Berenguer y el miembro de la ejecutiva, Arturo Moya- Suárez contestó: «Me encuentro muy cómodo entre dos personas de UCD. Pese a los esfuerzos de la prensa por hacer resaltar las tendencias en el partido, puedo asegurar que en la actualidad todos son UCD».

Su participación en la campaña electoral, que fue calificada por un periodista como un riesgo ya que tanto en Alicante como en Asturias el candidato más cercano al triunfo es del PSOE, la justificó el señor Suárez en los siguientes términos: «El riesgo es inherente a toda actividad política. Pero en estos momentos mi mayor satisfacción es estar al lado de los hombres de mi partido que tanto esfuerzo han puesto en esta campaña. No lo hice así el 15 de junio porque pensé que mi participación directa podría poner en riesgo la estabilidad de la democracia. Ahora las cosas han cambiado y tengo el derecho y el deber de estar con los hombres de UCD.»

No quiso definirse sobre el anunciado abandono del marxismo del PSOE -«hasta el momento los estatutos del Partido Socialista indican que es marxista»- y no mostró preocupación ante el posible giro socialdemócrata del partido de Felipe González; «el espacio político de UCD es el centro-centro y son los demás partidos, por la derecha y por la izquierda los que intentan ocupar ese espacio».

El presidente hizo una distinción entre la política de consenso con otras fuerzas, necesaria para gobernar en algunos puntos concretos, y la política partidista que se estaba poniendo de manifiesto en la campaña electoral; puntualizó que el nombramiento de Rafael Arias Salgado no era el del número dos del partido, sino el de una persona que pudiera dedicarse full time a la coordinación del mismo; y señaló que la operación «Eurocentro», de la que habían hablado los periódicos, no estaba en absoluto consolidada y ni siquiera se había puesto en marcha. «No he tenido últimamente conversaciones con Tindemans», agregó.

Finalmente, Suárez se negó a dar su opinión sobre el PSOE como alternativa de poder. «Yo no puedo impartir capacidades para gobernar -dijo-. Pienso que cada partido que concurre a unas elecciones y llega al Parlamento está capacitado para llegar al Gobierno.»

Seis mil personas en el mitin

Tras la rueda de prensa, el presidente participó junto al candidato al Senado Luis Berenguer, el senador Roque Calpena, Arturo Moya y el ministro de Obras Públicas y Urbanismo, Joaquín Garrigues, en un mitin celebrado en el polideportivo alicantino, al que asistieron 6.000 personas. Suárez recordó que estaba allí como presidente de UCD y que como tal, él y su partido no habían dejado de cumplir ninguna de las promesas que hizo el 15 de junio: devolver la soberanía al pueblo español, gobernar desde el consenso, poner las medidas precisas para resolver la crisis económica y hacer posible una definitiva convivencia democrática.

En contraste con las palabras de Suárez, que fueron muy poco beligerantes con otros partidos, tanto Arturo Moya como Joaquín Garrigues atacaron especialmente al PSOE, al que el primero calificó como «un gigante que le tiemblan las ideas y las piernas, porque está empachado de marxismo; un partido que acusa a UCD de no tener ideología y, de pronto, ellos se arman un lío con la socialdemocracia y no saben si son o no son; un partido que en los mítines engaña al pueblo y dice cosas muy distintas a las que sus líderes dicen en el Parlamento o en declaraciones públicas».

Por su parte, Joaquín Garrigues insistió en que a un partido había que exigirle honestidad y coherencia, «como la que ofrece UCD, y no los que ayer eran marxistas-leninistas y hoy sólo son marxistas; los que ayer eran marxistas y hoy son socialdemócratas ». Respecto a las acusaciones de la derecha sobre la incapacidad de UCD para gobernar, señaló: «Cuando ellos estaban en el Gobierno ni siquiera daban la posibilidad a otros para expresarse libremente.»

Finalizado el mitin, el presidente y su comitiva abandonaron Alicante en avión de línea regular, cerca de las diez de la noche, para regresar a Madrid, desde donde, a primera hora de la mañana de ayer, partieron de nuevo hacia Asturias.

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