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La venta de aviones a Arabia Saudita pasa a discusión del Senado de EEUU

Las esperanzas de la Administración Carter de evitar una confrontación en el Congreso, sobre su plan de venta de modernos aviones de combate a países de Oriente Próximo, se vinieron abajo ayer parcialmente, cuando el comité de relaciones exteriores del Senado se negó a respaldar el proyecto presidencial y envió el mismo a discusiones en el pleno.

El rechazo del plan gubernamental de «armas para la paz», que incluye la venta de sofisticados reactores a Israel y Arabia Saudita, se produjo por el empate obtenido en la votación -ocho contra ocho- de los dieciséis miembros del influyente comité de relaciones exteriores. El proyecto, que cuenta con la decidida oposición de Israel y de los grupos de presión judíos, pasará ahora a ser debatido por los cien senadores, que deben tomar una decisión antes del próximo día 28. Se necesita el voto mayoritario en contra de las dos cámaras legislativas para vetar la propuesta del poder ejecutivo.La derrota de Carter en el comité senatorial se debió en gran medida a la toma de postura, contraria a las ventas, del influyente senador Frank Church, que será el presidente del comité el próximo año. Church dijo que debía «darse una oportunidad a la paz» mediante la suspensión de envíos de material bélico a Oriente Próximo, y pasó a engrosar las filas de los legisladores que se niegan a aceptar la venta del moderno caza-bombardero F-15 a Arabia Saudita.

En la Administración se confiaba en ganar la votación del comité después de que los secretarios de Estado y de Defensa, Vance y Brown, hubieran ofrecido una especie de pacto por el que se aumentaba en veinte unidades el número de F-15 destinados a Israel y se imponían restricciones a la capacidad operacional de los aparatos enviados a Arabia Saudita. El Gobierno de Riad, se informó también, está dispuesto a aceptar tales restricciones, que impiden la utilización del F-15 como bombardero y obligan a estacionarlo en bases lejanas de la frontera israelí.

La Casa Blanca había intentado, con su oferta, evitar la discusión en el pleno del Senado, que se iniciará la semana próxima, porque contribuirá a enrarecer las relaciones entre las dos ramas del Gobierno y porque podría también crear dificultades con los países destinatarios de los aviones.

Tanto el Senado como la Cámara de Representantes deberán votar por separado cada una de las ventas proyectadas, que totalizan doscientos aviones, valorados en casi 5.000 millones de dólares, para ser entregados en un período de seis años a Israel, Arabia Saudita y Egipto.

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