¿Helmut González?
«(...) El 30 de abril, el pequeño Partido Socialista Popular unió sus fuerzas con el gran PSOE, dirigido por el joven Felipe González, para preparar el futuro desafío al Gobierno de centro-derecha de Adolfo Suárez. Hasta fecha reciente, la izquierda y la derecha españolas han sido buenas aliadas, ayudándose mutuamente para encontrar una salida al régimen autoritario de Franco y evitando a la vez dar al Ejército derechista de España cualquier pretexto para una intervención. Su tácita cooperación culminó al final del mes de octubre, cuando el Gobierno de Unión del Centro firmó el pacto de la Moncloa con todos los partidos de izquierda para salvar la economía. (...)Los socialistas no quieren el poder en 1978. La inflación española, 26% el año pasado, una de las más altas de Europa occidental, ha bajado. Pero el costo ha sido un descenso del nivel de vida y una recesión industrial, y ambos factores han desprestigiado a Suárez. Este año, la inflación puede descender a un 10%. El partido socialista prefiere esperar hasta el próximo año para llegar al poder, cuando la situación económica mejore y sea más fácil gobernar. (...)
Tal como están las cosas, la izquierda tiene una excelente ocasión para ganar las próximas elecciones. (...)
Los socialistas de Felipe González han mejorado sus perspectivas al demostrar que no son los enloquecidos izquierdistas que muchos temían que fuesen después de la muerte de Franco. La historia del partido no ha sido siempre moderada. Pero fue apoyado siempre por los social-demócratas alemanes, cuando fueron reducidos a una oposición semi-clandestina antes de 1976. Cuando volvió de nuevo a la legalidad, el año pasado, muchos españoles temieron que se impusiesen los radicales, dirigidos por Alfonso Guerra. Pero González logró aplazar las propuestas de su partido a un término indefinido y se limitó a exigir una reforma fiscal y la nacionalización de algunas industrias que se encuentran en manos del Estado en la mayoría de los países de Europa. Los socialistas, si llegan al Poder, pueden tener dificultades para cumplir las expectativas que han suscitado. Su manifiesto de junio abunda en promesas de bienestar general, que no podrá llevar a cabo salvo que la economía española mejore. Pero los socialistas españoles tienen una ventaja sobre los ingleses, no tienen influencia en los sindicatos y tienen otra ventaja sobre los franceses, no deben preocuparse por ser demasiado moderados, porque tienen un Partido Comunista que es todavía más moderado que ellos. La moderación del Partido Socialista es un buen augurio para el establecimiento de un sistema bipartidario en España.
12 mayo
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