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El ministro de Justicia inauguró los nuevos juzgados de Valencia

«No se trata de buscar el número dos para el partido», manifestó ayer en Valencia el ministro de Justicia, Landelino Lavilla, adonde se había desplazado para inaugurar los nuevos juzgados y asistir a la constitución del consejo general provincial de UCD. «El tema está mal planteado, ya que de lo que se trata es de tomar en consideración los diversos problemas que tiene el partido, como son su consolidación y convocatoria de su congreso para salir con unas estructuras organizativas definitivas.»

«Nos encontramos en una operación simplemente funcional -prosiguió en sus declaraciones a los medios informativos-. Existen varias fórmulas para hacerla, pero todavía no se sabe por cuál se va a optar. Una de ellas consiste eenn nombrar un secretario de organización. El jueves próximo, probablemente, se reunirá el consejo político y analizará estas diversas posibilidades.» El señor Lavilla no supo concretar la fecha de celebración del primer congreso ucedista -«unos pocos o unos cuantos meses, dijo»-, por el contrario, fue más convincente al responder sobre su cese en el departamento de Justicia en caso de que prosperara la fórmula del número dos. «A mi entender -señaló- acceder a nuevas responsabilidades en el partido supondría, evidentemente, mi cese en el Ministerio.»La reunión del consejo general celebrada a media tarde, en una pequeña sala del Centro Escolar y Mercantil, tuvo como nota destacada el turno espontáneo de preguntas de militantes centristas a Landelino Lavilla, después que éste hubiera hecho una medida síntesis del significado del partido y su crisis actual. En su intervención expresó que el problema de identidad ideológica está superado, ya que del 15 de junio UCD salió con una posición clara y definida dentro del espectro político, equivalente a la de partidos europeos occidentales que se definen frente al marxismo. «El centro está limitado por una derecha autoritaria y una izquierda marxista -dijo a este respecto-, lo que supone un espacio político amplio donde caben diversas alas.»

«UCD ha sido el protagonista de una operación política inconcebible -agregó-. Rechazó las sensaciones de complejo frente a otras actitudes o las reservas en base a, posiciones que se hubieran podido tomar. Esta operación, rigurosamente proyectada al servicio de la convivencia de todos los españoles, es inédita en la historia de España, caracterizada por la inestabilidad constitucional.» El señor Lavilla., subrayó que la filosofía política de UCD había roto el dilema de reforma o ruptura, para llevar a cabe una síntesis de ambas en una convergencia final que estableciese la democracia. A esta síntesis la calificó de «evolución que no supusiera quiebra alguna revolucionaria de la legalidad».

Más adelante, el señor Lavilla calificó la consolidación de UCD, de requisito imprescindible para consolidar la democracia en España. Distinguió las tres ruedas que tiene UCD, el partido, el Gobierno y el grupo parlamentario, para destacar a continuación la necesidad de prestar atención preferente a la primera. «La desviación de votos en el Parlamento, es una cuestión del grupo parlamentario -dijo- por ello es un tema que debemos tratar con independencia del partido.» Por último, como respuesta a la pregunta de un miembro del consejo sobre la regionalización del partido, afirmó que su futura organización tenía que partir de la nueva realidad del reconocimiento de las autonomías.

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