El Papa previene a los cristianos contra las manipulaciones de la información
La duodécima jornada mundial de los medios de comunicación social se celebra mañana. Con este motivo, el Papa ha enviado a todos los cristianos un mensaje en el que recuerda el calificativo de maravillosos que el último concilio vaticano le dio a estos medios. La Comisión Episcopal Española también ha divulgado un amplio comentario sobre la significación de esta fecha.La jornada mundial de los medios de comunicación es una iniciativa de la jerarquía católica para responder, de acuerdo con la interpretación de los obispos españoles, a la importancia creciente de tales medios, que constituyen un fenómeno histórico definitorio de lo que es el hombre de nuestro tiempo.
«No puede producir maravilla -dice el Papa en su mensaje- el hecho de que la Iglesia siga con creciente interés el desarrollo de un fenómeno cultural de tan vasto alcance ni el que no se canse de reclamar, con maternal solicitud, a quienes lo protagonizan o participan en él, a la conciencia de sus responsabilidades.»
La aspiración al coloquio, escribe el Sumo Pontífice, es una de las expectativas que los receptores esperan ver cumplidas. «El espacio que los periódicos y las emisoras radiotelevisivas reservan a la correspondencia con sus propios lectores, oyentes y espectadores responde sólo parcialmente a este legítimo deseo, porque se trata siempre de casos aislados, mientras que todos los receptores sienten la necesidad de poder expresar, de alguna manera, su propia opinión y ofrecer una contribución de ideas y propuestas personales.»
Asegurar, favorecer y orientar ese coloquio hacia los problemas de mayor importancia -continúa el Papa- «significa para los comunicadores establecer un continuo y estimulante contacto con la sociedad y llevar a los mismos receptores a un nivel de activa participación».
La verdad, por otra parte, «es un derecho fundamental de la persona, enraizado en la misma naturaleza humana y estrechamente unido con la exigencia de participación que la actual evolución tiende a garantizar a cada miembro de la sociedad. Tal aspiración se refiere también y de manera directa a los medios de información, de los cuales los destinatarios tienen derecho a esperar puntualidad, honestidad, búsqueda de la objetividad, respeto a la jerarquía de valores y, cuando se trata de espectáculos, la presentación de una imagen veraz del hombre, tanto individual como formando parte de un determinado contexto social».
Sobre la independencia, de los medios informativos, el Papa hace unas precisiones significativas: «Para satisfacer a estas aspiraciones se requiere la colaboración responsable del mismo receptor, el cual debe asumir un papel activo en el proceso formativo de la comunicación. No se trata de crear grupos de presión que agudicen todavía más las confrontaciones y las tensiones del tiempo presente, sino de impedir que en lugar de una mesa redonda de la sociedad a la que todos tengan un acceso equitativo según la propia preparación y la importancia de los temas de los que sean portadores, se introduzcan grupos no representativos que podrían hacer un uso unilateral, interesado y restrictivo de los instrumentos que poseyesen. En cambio hay que augurar que entre comunicadores y receptores se instaure una verdadera y auténtica relación o coloquio.»
Al final de su mensaje, el Papa afirma que «sólo la generosa colaboración de todos podrá lograr que los medios de comunicación social no sólo abandonen actitudes y expresiones desgraciadamente no infrecuentes, que contienen violencia, erotismo, vulgaridad, egoísmo e injustificados intereses de parte, sino que lleguen a ofrecer una información amplia, solícita y verdadera y, por lo que se refiere a los espectáculos, una sana diversión en el terreno cultural y espiritual, contribuyendo así de manera eficaz a aquel humanismo plenario que tanto desea la Iglesia».
El mensaje de la comisión episcopal de medios de comunicación social incide en similares aspectos.
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