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Don Juan Carlos y el presidente Eanes presiden la ratificación del Tratado hispano-portugués

Soledad Gallego-Díaz

Los jefes de Estado de España y de Portugal, el rey don Juan Carlos y el presidente Ramalho Eanes, presidieron ayer el acto de intercambio de los instrumentos de ratificación del Tratado de Amistad y Cooperación Hispano- Portugués, efectuado por los respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja y Sa Machado. Este era el último acto formal para la erilirada en vigor del mencionado tratado, que sustituye al Pacto Ibérico.La presencia de los jefes de Estado en una ceremonia de sentido puramente protocolario se justifica en el deseo, tanto por parte de Portugal. como de España, de conceder formalmente la máxima importancia a este acuerdo-marco que incluye cinco apartados: económico, comercial, cultural, defensa y turismo.

El acto se celebró, sin duda simbólicamente, en Guimaraes, a unos cincuenta kilómetros de Oporto y ciudad en la que según la «leyenda» que figura a su entrada -«nació Portugal», es decir, surgió la independencia y soberanía nacional. El canje de documentos tuvo lugar a las 13.45 horas en el salón noble del palacio ducal de Braganza, un precioso y bien conservado edificio del siglo XV. Los Reyes de España, que llegaron en automóvil, fueron recibidos en las proximidades del palacio por unas 3.000 personás. A la puerta del edificio esperaban el presidente Ean.es y su esposa y el primer minist:ro, Mario Soares.

Minutos antes de la llegada de don Juan Carlos y doña Sofía la policía portuguesa detuvo a tres hombres jóvenes -dos portugueses y un angoleño- que llevaban dos pancartas con los siguientes textos: Franco, asesino y Abajo la Monarquía, viva la República, así como una bandera republicana española. Los tres hombres fueron trasladados a la comisaría y, al parecer, puestos en libertad a media tarde, cuando los Reyes de España y el presidente Eanes ya habían abandonado la ciudad.

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Eanes: "Este Tratado sustituye a un acuerdo minado por la ilegitimidad de los gobernantes"

(Viene de primera página)

En el mismo palacio ducal se celebró un almuerzo, al término del cual el general Eanes pronunció unas palabras en las que, entre otras cosas , dijo que el Tratado «traduce la voluntad política libremente expresada por nuestros pueblos y sustituye un acuerdo minado en sus fundamentos por la ilegitimidad de los gobernantes». Señaló que defendía los intereses de los dos países y agregó « el nuevo Tratado marca el inicio de una era ibero-europea: una cooperación que tiene a la vista objetivos transpeninsulares».

El presidente portugués afirmó la plena soberanía de las dos naciones y añadió que Europa «como continente democrático, como espacio político, económica y militarmente integrado, no se hará sin España y sin Portugal». «Somos indispensables para Europa. Estamos firmemente empeñados en contribuir a que el sur del continente sea un área de estabilidad y de progreso, abierta y democrática, en este período de la historia que es de transición y de ruptura». Pidió el general Eanes que los países europeos más desarrollados asuman una actitud y unos criterios que reduzcan a sus justos términos los condicionamientos económicos, aunque añadió que no ignoraba las dificultades existentes para ello. «Una Europa fuerte, unida y próspera, donde cada hombre sea igual a otro hombre, tendrá que basarse en principios de justicia económica y social en sus relaciones con otros continentes. España y Portugal pueden y deben contribuir a ese diálogo, especialmente con América Latina y con Africa», agregó.

Por su parte, el Rey de España pronunció unas palabras en las que destacó que, «sin renunciar a ninguno de los valores ni a las instituciones en que se ha plasmado nuestra respectiva identidad nacional, marchamos unidos hacia un objetivo común: la integración en Europa y en los organismos que Europa ha creado para hacer realidad viva lo que, hasta hace pocos años, era simplemente el ideal de un grupo minoritario de personas o de entidades sin carácter oficial».

El Rey destacó igualmente que el grandioso pasado de España y Portugal pervive bajo la forma de un patrimonio cultural y humanístico «que comparten con nosotros los pueblos en que hemos dejado la huella de nuestra lengua y de nuestro concepto del mundo. Y este patrimonio es tan valioso que puede representar una nueva dimensión del europeísmo, que le haga trascender de los límites geográficos continentales y transformarse en un movimiento abierto hacia lo que se viene llamando Tercer Mundo».

Banderas monárquicas en Oporto

La penúltima jornada oficial de la visita de los Reyes de España a Portugal -hoy por la tarde don Juan Carlos y doña Sofía se trasladarán privadamente a la casa de sus padres en Cascais, donde pasarán el fin de semana- transcurrió en buena parte en Oporto, segunda ciudad en importancia de Portugal, donde llegaron procedente de Lisboa a las diez de la mañana.

Desde el aeropuerto de Oporto, don Juan Carlos y doña Sofía se dirigieron a la casa Do Infante, museo de los descubridores portugueses, y desde allí a la Cámara municipal o Ayuntamiento, donde les esperaban unas 3.000 personas. En la puerta del Ayuntamiento, situado en la plaza Humberto Delgado, los Reyes fueron saludados por el alcalde y por el presidente de la asamblea municipal, señor Macedo, que es, a su vez, presidente del Partido Socialista Portugués.

Una vez finalizados estos actos, los Reyes de España se dirigieron por carretera a Guimaraes, donde tuvo higar la ceremonia que ya hemos relatado. Sobre las siete y media de la tarde, don Juan Carlos y doña Sofia regresaron en un avión de la TAP a Lisboa, donde asistieron a una cena ofrecida en la embajada española al presidente Eanes y departieron con la colonia española.

El viaje de los Reyes de España a Portugal, que puede darse por finalizado en cuanto a su repercusión oficial, ofrece como balance más importante el compromiso firme por parte de ambos Gobiernos de procurar concertar la política exterior y coordinar los esfuerzos para el ingreso en el Mercado Común de España y Portugal. El ministro español de Asuntos Exterios, señor Oreja, manifestó en una rueda de prensa ofrecida ayer por la noche, que esa cooperación era «conveniente». Negó que se hubiera tratado en sus conversaciones con su colega Sa Machado de una posible defensa común de las islas Canarias y de las Azores y resaltó que el Tratado es fruto del cambio jurídico ocurrido en los dos países. Para el señor Oreja, la proyección europea de España y Portugal y su encuadramento en organismos internacionales no es óbice, sino un incentivo para el estrechamiento de las relaciones entre los dos países.

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