Desaparece el Patronato de Protección a la mujer
El presidente del Patronato de Protección a la Mujer, Jaime Cortezo, presentó el viernes, en el Ministerio de Justicia, el borrador articulado de un anteproyecto de ley por el que se deroga la ley de 20 de diciembre de 1952 que creó el Patronato, y se transforma éste en un Instituto para la Promoción de la Mujer, que «suprimirá completamente el espíritu fundacional del Patronato. Ya no se habla de moral católica, y no hay que temer que queden residuos de la Sección Femenina. Mientras yo esté aquí, ese espíritu no se colará», según dijo a EL PAÍS el señor Cortezo. El Instituto tendrá carácter temporal, hasta que exista una igualdad jurídica y sociológica de la mujer con respecto al hombre.El carácter confesional del Patronato, heredero del antiguo y benemérito Patronato Real para la Represión de la Trata de Blancas, como lo califica uno de sus primeros escritos, quedaba patente desde el capítulo primero de los Primeros trabajos de la Obra de Protección a la Mujer, donde se decía que como la Obra «tiene un carácter profundamente cristiano, acordóse por unanimidad acogerla al celestial patronato del Buen Pastor, de Nuestra Señora de los Dolores y de Santa María Micaela del Santísimo Sacramento». Tan alto patrocinio debió inspirar a algunos vocales del Patronato, quienes, según continúa el escrito citado, «se han entregado durante este tiempo de lleno, y algunos de manera casi exclusiva, a la tarea de salvar muchachas jóvenes en riesgo de caer, y a la de redimir muchachas caídas». No en vano, según el Boletín Informativo del Patronato de Protección a la Mujer, correspondiente al último trimestre de 1976, la institución «vela por todas aquellas mujeres que, caídas, desean recuperar su dignidad».
«Cuando hace tres meses tomé posesión de la presidencia del Patronato -dijo Jaime Cortezo- puse una condición, que el ministro de Justicia aceptó con mucho agrado: transformar radicalmente este organismo. Yo soy eminentemente feminista, sentimiento que arranca de mi creencia en la igualdad del ser humano, y consideré que esa transformación debía llevar a la derogación de la ley de 20 de diciembre de 1952, que crea el Patronato, y a la promulgación de otra que transforme éste en un Instituto para Ia Promoción de la Mujer, con un fin principal: la superación de todas las discriminaciones legales contra la mujer y de las que, de hecho, aplica la sociedad española.»
Leyes discriminatorias
Según el presidente del Patronato, la nueva institución tendrá como fines el estudio de todas las normas jurídicas -leyes, decretos, órdenes- en las que se discrimina, en razón del sexo y sugerir su modificación; observar y estudiar las discriminaciones que, de hecho, las entidades y personas naturales practican contra la mujer, aún existiendo leyes igualatorias. A este respecto hay que hacer constar que el Instituto no contemplará casos individuales, sino genéricos, tendencias que existan, tras lo cual se sugerirán medidas de prevención para que tales discriminaciones no sigan existiendo; la protección jurídica de las menores y mayores de dieciséis años que estén desamparadas, que sufran una patria potestad desviada -violaciones en el domicilio, malos tratos, estar atadas con cadenas- y de las personas que, de acuerdo con la ley, observen conductas de peligrosidad social. Asimismo el Instituto para la Promoción de la Mujer mantendrá y mejorará los establecimientos asistenciales que hoy tiene el Patronato, para que en ellos puedan tener albergue mujeres en situaciones difíciles o límite, como madres solteras, personas con domicilio en una ciudad distinta a aquella en que trabajan, jóvenes que piden protección por los excesos de la patria potestad esposas que inician trámites de separación o de divorcio y que no disponen de medios económicos porque los controla el marido, y otros casos. Los establecimientos del nuevo Instituto serán de régimen abierto y se procurará, según el señor Cortezo, la máxima homogeneidad de las que vivan en ellos. Para aquellas que lo necesiten, se impartirán enseñanzas orientadas a sus necesidades el día que terminen su estancia en el establecimiento. Las enseñanzas serán culturales, laborales y cívicas, de acuerdo con lo principios que establezca la Constitución. El presidente del Patronato de Protección a la Mujer dice que, de momento, el nuevo Instituto tendrá algún establecimiento en régimen de internado, para albergar exclusivamente a aquellas mujeres contra las que los órganos judiciales hayan dictado medidas de seguridad de acuerdo con la ley de Peligrosidad Social, pero con el pensamiento de transferir estos pocos centros al órgano idóneo dentro del marco de la legislación de peligrosidad social. El Patronato sigue aun decretando el internamiento de algunas mujeres por la ley de Peligrosidad Social o a petición de quien ejerce la Patria potestad. Estas mujeres seguirán en establecimientos del nuevo Instituto para la Promoción de la Mujer, pero en cuanto se promulgue la ley que lo cree pasarán automáticamente a régimen abierto.EL PAÍS planteó a Jaime Cortezo que, hasta el momento, algunos padres o tutores han pedido el ingreso de una menor en un centro del Patronato de Protección a la Mujer con carácter punitivo o por egoísmo, sin que necesariamente hubiera un motivo relacionado con la ley de Peligrosidad Social, y que ha habido denuncias en el sentido de que algún juez ha fallado en estos casos dando la razón al padre. El presidente del Patronato dijo que, cuando esté constituido el instituto, se apreciará la oportunidad o no de admitir a una mujer en uno de estos establecimientos cuando ella o quien tenga su patria potestad solicite ingresar en él. «Con respecto a las decisiones de los jueces -añadió- el espíritu de la ley que he redactado es el de respetar en todo caso sus decisiones. »
El nuevo organismo será temporal
La promulgación de la ley que crea el Instituto para la Promoción de la Mujer podría ser un paso demasiado corto si no fuera acompañada de un espíritu reformador de disposiciones como la ley de Peligrosidad Social, cuya derogación viene siendo pedida con insistencia por diversos grupos sociales. A este respecto, Jaime Cortezo dijo: «Mis actuales conexiones con el Ministerio de Justicia me permiten tener la confianza de que toda la problemática jurídica y judicial tendrá una profunda transformación.»A la pregunta de si la creación del Instituto y su calificativo de promoción de la mujer no podía considerarse como una discriminación más hacia ella, su impulsor respondió que «es evidente que la existencia de este Instituto es discriminatoria, discriminatoria a favor. La sociedad española tiene sectores discriminados y deprimidos, entre ellos la mujer. Creo que hay que hacer esta promoción buscando la igualdad legal y de hecho. En la redacción del borrador de anteproyecto de ley que he hecho se establece el carácter temporal del Instituto, que se extinguirá cuando haya igualdad jurídica y sociológica para la mujer. La igualdad jurídica será relativamente fácil, pero la modificación de la mentalidad machista de la sociedad es ya otro tema».
El organigrama del Patronato de Protección a la Mujer se modificará totalmente. «Ya no habrá intervenciones de la Capitanía General o de la Sección Femenina. Habrá una junta nacional de libre designación del ministro de Justicia y no tendrá carácter provincial, sino regional, que lo hace más funcional y acoplable a la futura organización del Estado en regiones autónomas. He procurado redactar la ley de acuerdo con las leyes Fundamentales, que aún existen pero también de acuerdo con las nuevas líneas de la Constitución. creo que lo he conseguido.
Jaime Cortezo afirmó que ha consultado a los grupos feministas antes de redactar la ley. «Al tomar posesión me dirigí a todas las asociaciones reconocidas entre cuyos fines estuviera la preocupación por la mujer. Me he culturizado con todo lo que me dijeron y ya no sé qué ideas eran de ellas o mías lo que es cierto que la mayoría de sus aportaciones estaban ya en ánimo. He recogido, por ejemplo, el albergue de la esposa en trance de separación, que me lo presentó la Asociación de Mujeres Separadas.
Dentro del reconocimiento de que toda institución para la mujer es discriminatoria. ¿Qué opina Jaime Cortezo de la existencia de la Subdirección General de la Condición Femenina? El señor Cortezo dijo que a eso no contestaba, pero que cree que «como uno de los problemas graves que tiene la mujer en España es que padece la mentalidad machista, el Ministerio de Cultura tiene una labor grande y difícil que realizar. Y hay que mentalizar no sólo al hombre, sino a muchas mujeres.
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