Demolición en Eloy Gonzalo
Acabo de leer en EL PAÍS del día 25, una información referente a la demolición del edificio de Eloy Gonzalo, 10. Verdaderamente indignante. El señor gerente municipal de Urbanismo, por lo visto, asegura que la demolición de este edificio, cuyo valor histórico-artístico parece probado, continúa paralizada. A no ser que la orden de paralización se diera el lunes -cuando ya poco quedaba por paralizar- puedo asegurarle, como vecino de Chamberí que pasa a diario por ese edificio camino del trabajo, que es mentira, pues la sañuda e inflexible demolición del edificio ha seguido implacable durante las anteriores semanas. Cuando Francisco Umbral y Santiago Amón, hace ya días, trataron y denunciaron este atentado urbanístico en su periódico, yo envié una carta no publicada por ustedes, en la que reclamaba que entre todos, tratásemos de evitar la demolición que acababa de comenzar lentamente, al menos en apariencia, por uno de sus extremos.Por desgracia, la paralización no se produjo ni entonces, ni después. Día a día, he visto como ha ido desapareciendo la fachada del edificio y su interior hasta el momento actual, en que estimo superior a un 60% su estado de destrucción. ¿Y ahora el señor gerente Municipal habla de paralización? Que hay parálisis ya lo sabemos todos lo vecinos de Madrid; parálisis a la hora de defender el patrimonio cultural y artístico del pueblo de Madrid frente a la piqueta de los especuladores, en este caso y en el colmo del cinismo o de la barbarie mental, nos quieren hacer tragar que un edificio de la importancia del de Eloy Gonzalo, 10 y del que han hablado personas entendidas en arquitectura, urbanismo y arte resulta que ha de ser destruido par construir un «centro cultural». Pero, ¿dónde se ha visto semejante barbaridad? ¿Cómo se puede hace cultura demoliéndola previamente ante nuestros ojos? Esto es como querer aplicar un indulto a personas ya ejecutadas.
¡Ah!, y a los directores de la Caja de Ahorros que han tenido tan « feliz idea», les diría que no es gastándose cientos de millones, nuestros millones, de los de los impositores, a fin de cuentas, como hace cultura; que unos libros, unos pinceles, la voz humana, un piano, etcétera, no es tan caro. Y que con más de un millón de parados en el país, me parece un derroche constitutivo de delito lo que piensa hacer sobre el solar del fenecido (porque ya no hay quien salve) edificio de Eloy Gonzalo, 10. Que es un escarnio para el pueblo trabajador. En fin, que este nuevo atentado irreparable contra todos nos sirva de nuevo ejemplo (¡llevamos tantos!). Y ahora, nada, esperar la demolición de los edificios de San Bernardo, 63 y 81, que su periódico anuncia. ¡Y que no decaiga la juerga! ¡Por lo menos hasta las municipales!
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