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Reportaje:

Grave dependencia de los fármacos entre las mujeres norteamericanas

La reclusión de Betty Ford, la esposa del anterior presidente de Estados Unidos Gerald Ford, en un hospital donde se trata de curar de su adicción a las medicinas, ha puesto de manifiesto en EEUU el grave problema del abuso de drogas entre las mujeres norteamericanas. La cuestión resulta también preocupante en otros países occidentales.El instituto nacional que se ocupa en Norteamérica del abuso de las drogas médicas indica que la cuestión afecta muchísimo menos a la población masculina. Las mujeres reciben una prescripción doble de fármacos psicoactivos para combatir los mismos padecimientos que sufren los hombres. La dependencia de tales fármacos, por tanto, se multiplica. Por esta razón, es más frecuente que las mujeres acudan a los dispensarios de urgencia con crisis causadas por el abuso de las medicinas.

La razón por la que la señora Ford se ha sometido a tratamiento fue explicada por ella misma. Se recluyó voluntariamente en un hospital de California porque se había acentuado su dependencia de los fármacos prescritos por sus propios médicos.

Steve, uno de los hijos del matrimonio Ford, dijo a los periodistas cuando su madre decidió la hospitalización, que el alcohol y el valium, un tranquilizante, estaban entre los elementos que habían influido más decisivamente en el estado de salud de Betty Ford.

La señora Ford tomaba los tranquilizantes musculares para combatir padecimientos artríticos. Entre quienes sufren esta enfermedad resulta habitual una dependencia patológica de los medicamento que se les prescriben. Los efectos son parecidos entre quienes usan sedantes, somníferos, estimulantes y otros productos químicos que afectan al cerebro.

Medicinas tan inocuas como las que se usan para combatir los catarros pueden tener el mismo efecto, porque algunas contienen narcóticos y alcohol.

Los pacientes critican a los médicos por no advertirles de es los peligros de dependencia patológica. Los médicos, por su parte, acusan a los enfermos de pedir fármacos para aliviar dolencias mentales que podían tratarse con otros medios.

El instituto que estudia el abuso de los fármacos en Estados Unidos señala que las medicinas de efectos psíquicos son las más frecuentemente prescritas por los médidos. El 42% de las mujeres norteamericanas -31 millones de personas- han usado tranquilizantes. Dieciocho millones de hombres, un 27% de la población masculina, han utilizado estas drogas.

Los sedantes, utilizados tanto de día como de noche, han sido prescritos para dieciséis millones de mujeres. La cifra para los hombres es de once millones. El porcentaje es similar en el caso de los sedantes.

El instituto citado estima que son dos millones de americanas las que ya padecen una dependencia patológica con respecto a los fármacos. Cinco millones de mujeres son alcohólicas. Entre estas últimas, muchas son las que padecen una dependencia irreversible y fatal del alcohol y de las medicinas.

El hecho de que las mujeres vayan al médico con más frecuencia que los hombres es una de las razones por las que se produce en ellas una mayor adicción a los estimulantes. Los problemas de la menstruación y la menopausia y la tendencia de las mujeres a ser más abiertas con respecto a sus dificultades emocionales son las que condicionan esas continuas visitas a los doctores.

Las mujeres se quejan de que los médicos traten sus enfermedades puramente físicas como si fueran obsesiones histéricas, mientras que el mismo tipo de enfermedades, cuando son consultados por los hombres, tienen un tratamiento común, ajeno a toda consideración psíquica.

La soledad de las mujeres norteamericanas, cuyos hijos crecen y abandonan pronto sus hogares, es otro factor que complementa las dolencias físicas que puedan padecer y le dan un componente psíquico.

De acuerdo con las estimaciones del instituto que estudia el abuso de las medicinas, el valium, uno de los tranquilizantes más comunes, es inofensivo si se toma con prudencia. Sus efectos son graves cuando su abuso se combina con las bebidas alcohólicas. El 94% de las muertes producidas por valium en Estados Unidos han sido provocadas porque el mencionado fármaco ha sido tomado con alcohol.

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