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Los proyectos del alcalde

La firma del convenio entre el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Educación y Ciencia para acometer un programa de construcciones que permita una escolarización total y racional de los niños madrileños supone el primer paso de una serie de realizaciones de las que puede disponer el alcalde, José Luis Alvarez, de cara a las elecciones municipales y que le habrán de servir para crear una imagen popular desde el Ayuntamiento para el ciudadano medio, bien sea a favor de él mismo, bien para su partido, Unión de Centro Democrático.Los últimos meses que pasó Juan de Arespacochaga al frente de la alcaldía madrileña sirvieron para demostrar que el Ayuntamiento estaba prácticamente parado, a la espera de que se celebrasen unas elecciones municipales que permitieran dar un respaldo popular a la gestión municipal. Sin embargo, con la llegada de José Luis Alvarez, el Ayuntamiento empieza a ser un hervidero de asuntos que están en marcha y para los que se espera un pronta resolución. La primera en llegar ha sido precisamente la del convenio con el Ministerio de Educación y Ciencia, aprobado por un pleno extraordinario que sólo ha distado de la firma del convenio -para cuyo acto se había convocado a la prensa un día antes- cuatro horas.

Ahora, el alcalde de Madrid tiene ante sí una serie de temas, aparte de los que unicamente suponen el funcionamiento normal de la Corporación, que le permitirán ampliar ese grado de popularidad que, cara a unas futuras elecciones, está, sin duda, buscando. Los más inmediatos y que tienen unas mayores posibilidades de éxito -dado el poco tiempo que, por lo menos en forma digital, se le atribuye al señor Alvarez en la Casa de la Villa- son dos nuevos convenios: el que ya había sido preparado por el anterior alcalde, señor Arespacochaga, en colaboración con los servicios técnicos de la Delegación de Circulación y Transportes y con la ayuda de los del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, encabezados estos últimos por el titular del Departamento, Joaquín Garrigues. Se trata de un ambicioso plan para que el Ayuntamiento y Ministerio se pongan de acuerdo sobre quién ha de ser el organismo que pague las obras de infraestructura viaria que le son necesarias a Madrid para que los barrios, sobre todos los periféricos, tengan un acceso para el transporte privado y para el público que elimine los actuales problemas circulatorios que se producen.

El otro convenio tiene un ámbito cultural. Es el que el gabinete de prensa del Ayuntamiento se encargó hace unos días de airear suficientemente y que habla de la posibilidad de que el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento colaboren para conseguir que de nuevo el teatro Español esté funcionando, que exista en Madrid un auténtico teatro de niños, que los ancianos que viven en esta ciudad dispongan de una serie de beneficios sociales y posibilidades de actividades -gratuidad de los transporte públicos y creación de clubs de ancianos-, y un largo etcétera.

Y, además, sigue estando en el aire la firma de un consorcio entre el Estado y el Ayuntamiento que permita la creación de un ente metropolitano encargado del transporte público, que coordine lo que hoy, entre Metro, EMT y demás empresas públicas y privadas que tienen como objetivo lucrativo el transportar al madrileño de un lado para otro, es una simple suma de elementos sin que den un resultado satisfactorio.

Por último, están lo que puede considerarse cosas menores, si se comparan con estos convenios a gran escala pero que, sin embargo, pueden significar muchos votos dentro de unos meses. Son la apertura del puente del Rey, el Viaducto o la estatua de Eduardo Chillida, si algún día, dentro del mandato del señor Alvarez, llega a estar colgada del puente de Juan Bravo. Con esto y unos cuantos parques que ya están prácticamente terminados y algunas flores y bancos por la calle, se consiguen votos de cara a una campana electoral.

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