Calvo Sotelo: "España ingresará en la CEE antes de 1983"

«España ingresará en las Comunidades Europeas antes de 1983», afirmó ayer el ministro para las Relaciones con la CEE, Leopoldo Calvo Sotelo, ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, que le convocó para que informara de su gestión y programa político y que, una vez más, contó con escasa asistencia de diputados y con muy bajo nivel de interpelaciones, la gran mayoría de ellas reducidas a tópicos y generalidades conocidos. En el curso de la sesión se destacó una seria discrepancia entre las posiciones del Gobierno y las del PSOE sobre la estrategia a seguir en la adaptación del acuerdo comercial preferencia¡ hispano-comunitario firmado en 1970.

«UCD firmará la entrada de España en las Comunidades Europeas, aunque no sea yo quien suscriba el documento», declaró el ministro para Europa en su intervención ante la insistencia del PSOE de ser consultado, de alguna manera, sobre el proceso de integración a la CEE ante la posibilidad de que la llamada «alternativa de poder» llegue al Gobierno. Este fue, quizá, el tema más concreto del diálogo entre el ministro y los parlamentarios en un plano general. El ministro se comprometió a facilitar información continuada a los parlamertarios sobre el proceso integrador y prometió estudiar el sistema de consultas pedido por el portavoz del Grupo Socialista, Luis Yáñez, quien apuntó el ejemplo de Gran Bretaña y de su doble negociación: el Gobierno de Harold Wilson renegoció en 1973 los tratados de adhesión que en enero de ese mismo año firmara su predecesor, Edward Heath. Yáñez declaró que había que evitar esta posibilidad si «la alternativa de poder» llegaba al Gobierno en fecha próxima.En un plano más técnico y concreto, el diputado socialista Manuel Marín -que por segunda vez mantenía un duelo parlamentario con el señor Calvo Sotelo, aunque en términos mucho más apacibles y distintos a los que conformaron la discusión del acuerdo pesquero planteó el tema de la readaptación del acuerdo de 1970. Esta fue la única cuestión de interés político. El diputado Marín se interrogaba sobre los peligros de ingresar en la dialéctica que la Comisión Europea quiere imponer a España, en la ya casi eterna readaptación del acuerdo comercial de 1970 de seis a los nueve miembros de la CEE. La Comisión entiende que España debe hacer concesiones industriales hacia el libre cambio de este sector y no recibir en este acuerdo compensaciones agrícolas. A cambio, la CEE promete la puesta en marcha del proceso de integración con ventajas financieras y preferenciales. La pregunta es: ¿No se corre el riesgo de caer en la trampa de entregar los aranceles industriales a cambio de nada o casi nada?

El ministro, después de confirmar su decisión de aceptar la renegociación del viejo acuerdo -mientras se avanza paralelamente en la adhesión-, reconoció los riesgos y afirmó que compartía las preocupaciones socialistas. Pero insistió en que su opción política estaba basada en las garantías que la Comisión daría pronto a España sobre el proceso integrador, cuando apruebe, en fecha inmediata, el llamado escenario o fresco del proceso de integración de España en la CEE. El ministro habló de la necesidad de una acción simétrica o simultánea en uno y otro apartado, reconociendo las pocas posibilidades de que la CEE pueda dar a España nuevas concesiones agrícolas antes de su integración en el ámbito comunitario.

El resto de las cuestiones abordaron temas generales ya conocidos: el calendario de integración las candidaturas de Grecia y Portugal y los problemas de la adhesión. Calvo Sotelo, refiriéndose a los proyectos del llamado escenario, preparados por la Comisión de Bruselas, dio 1983 como fecha tope para la integración y un período posterigr de diez años -dividido en dos etapas- para las adaptaciones finales. Señaló que no habría globalización negociadora con Grecia y Portugal, «que tienen sus propios calendarios», y se refirió a los problemas económico-agrícolas e industrial-sociales e institucionales que conformarán el centro de la negociación.

Con anterioridad al diálogo-debate, el ministro para Europa hizo una exposición general y sintética sobre sus dos meses al frente del tema europeo y sobre sus proyectos inmediatos. El señor Calvo Sotelo explicó el organigrama del equipo que prepara la negociación, pendiente de la incorporación de un subsecretario (a la espera de que el diplomático Puig de la Bellacasa decida si se incorpora o no al equipo del mister Europa) y la situación general de las cuestiones sectoriales hispano-comunitarias aún pendientes: pesca, siderurgia, textiles y calzado. El ministro señaló que mantendrá ante la CEE una estrategia de conseguir un tratamiento especial de país candidato y no de si m ple país tercero.

Asimismo, recordó que ya había recibido los cuestionarios para la elaboración, con la Comisión Europea, del dictamen, y declaró que el ingreso en la CEE presenta problemas a la Comunidad y a España, insistiendo que ambos son resolubles y recordando que la CEE no es ni será, para los españoles, la solución de todos sus problemas, pero sí un ámbito más favorable. Las palabras del ministro fueron bien acogidas y agradecidas por la totalidad de los grupos parlamentarios.