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Reportaje:

Legalizadas las primeras asociaciones en Barcelona y Almería

Tras conocerse la noticia, el Club Catalá de Naturisme ha iniciado múltiples contactos, con el fin de organizar los primeros campos de nudismo en la temporada veraniega que se avecina. Paralelamente, el club ha recibido multitud de ofertas de terrenos y emplazamientos. El primero de ellos podría quedar emplazado en el término municipal de Lloret de Mar, localidad turística de la Costa Brava. Según un miembro fundador del club, este enclave reúne muy buenas condiciones para la práctica del naturismo. «Se trata -manifestó de un cámping que hasta la actualidad ha sido utilizado única y exclusivamente como complejo turístico, y que con las mínimas adecuaciones quedaría adaptado para nuestras prácticas. Además, el hecho de que el campo pueda estar enclavado en Lloret de Mar, localidad con enorme afluencia de turistas alemanes y franceses, facilitará su utilización por parte de ciudadanos de estos dos países, grandes aficionados al naturismo.»Sin embargo, las actividades del club y sus instalaciones no terminan con las playas nudistas. «Son muchos los socios -afirma la fuente informante- que prefieren la montaña, máxime si tenemos en cuenta que el fin primordial del naturismo es el desarrollo de la vida libremente, tranquilo, sin ser molestado y liberado de las prendas que nos han sido impuestas. Podría decirse que lo único que necesita el naturista es un terreno vallado en el que no pueda molestar a los restantes miembros de la sociedad y, por supuesto, no ser molestado.» Y añade: «Por otra parte, la ventaja de la montaña sobre la playa es que la playa sólo puede ser utilizada dos o tres meses, mientras que la montaña invita a prolongar la temporada de las prácticas. »

Cataluña fue precisamente la pionera del desarrollo del naturismo en España. En 1926, el profesor Capo funda la sociedad Partenón, la cual editaba la revista Pentalfa. Diez años después, esta sociedad contaba con una playa nudista en la localidad de Gavá y un centro naturista -compartido con dos asociaciones vegetarianas más- en la localidad de Vallividriera, en las estribaciones del monte Tibidabo.

A partir de 1939, las actividades naturistas desaparecieron por completo de la geografla catalana. El profesor Capo se exilió y sólo volvió a Barcelona veinticinco años después, dedicándose a fomentar la cultura naturista, principalmente a través de sus conferencias en la Sociedad Naturista Vegetariana de Barcelona.

Durante las tres últimas décadas aquellos catalanes que quisieron practicar el naturismo y el nudismo no tuvieron otro remedio que trasladarse a los campos nudistas franceses situados cerca de la frontera española. «Es precisamente de encontrarnos en estos campos -explica un miembro del Club Catalá de Naturisme- donde nos conocimos todos los socios».

Los campos franceses más visitados -Francia cuenta con alrededor de 170 campos en todo el país fueron Ulises, en Port Barcares, cerca de Perpiñán; Cap Agde, cercano a Beziers; Le Clapotis, también en Port Barcares, y Le Ventous, en Artes sur-Tech, este último propiedad de Dominique Martínez, un español que dio toda clase de facilidades a quienes llegaban del otro lado de la frontera para llevar a cabo sus prácticas.

Precisamente fue en el campo nudista de Cap de Agde donde, en julio de 1974, tuvo lugar un Congreso Internacional de Naturismo. A este congreso acudió, paradójicamente, una delegación española formada por un médico, un eclesiástico y un funcionario del Ministerio de Información y Turismo, ya que los responsables del campo de Cap de Agde habían solicitado instalar una serie de complejos en España y el Ministerio decidió informarse de las características del movimiento naturista.

En este encuentro se adoptó la definición oficial del naturismo conceptuado, desde entonces, como «una forma de vivir en armonía con la naturaleza, caracterizada por la práctica de la desnudez en común, con la finalidad de favorecer el respeto a uno mismo, a los demás y al medio ambiente».

Respecto a la Asociación Naturista de Andalucía, de carácter regional y con sede en Almería, habían presentado su solicitud en diciembre de 1976, firmada por treinta personas, siendo su promotor el ingeniero agrónomo yugoslavo Branco Buckner, que trabaja en la delegación provincial de Agricultura, según nuestro corresponsal en Granada, Eduardo Castro. Una vez legalizada han comenzado a gestionar los terrenos adecuados en alguna playa próxima a Almería, probablemente en la zona de Roquetas de Mar o en el cabo de Gata, zona que visita en vacaciones el presidente Suárez.

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