Defensa de Platón y crítica al Gulag
Conferencia de Gustavo Bueno
Dentro de las jornadas de filosofía que se celebran en el Colegio Mayor Isabel de España como homenaje al desaparecido filósofo Alfredo Deaño, el pasado miércoles intervino Gustavo Bueno, catedrático de Filosofía de la Universidad de Oviedo, con una conferencia sobre La república de Platón y el archipiélago Gulag.El profesor Bueno desarrolló en su exposición la comparación entre los términos República y Archipiélago Gulag desde dos planos distintos: como dos obras literarias y como significados en sí que remiten a dos universos políticos. Cada término tiene sus propias características y diferencias: La República es una obra de ficción, utópica, mientras que Archipiélago Gulag pretende ser una descripción exacta, una obra histórica. A pesar de que cualquier comparación puede ser disparatada («Platón habría expulsado a Solchenitsyn a patadas de la república»), el profesor Bueno estableció a través del método geométrico tres líneas de relaciones: lo real y lo oficial, la esencia y el fenómeno. lo viejo y lo moderno, que dividen y separan las obras de Platón y de Solchenitsyn y sus referencias: los estados helénicos y el Estado Soviético. En este cuadro se produce el concepto de teoría. «Una de las teorías que podíamos encontrar definida es que la república de Platón está en línea y se identifica con el Estado soviético, en el sentido que es un modelo precursor del ideario comunista, incluso la distinción entre socialismo y comunismo está prefigurada en Platón.»
En este punto, el profesor Bueno hizo una defensa del platonismo y le opuso a la actual ofensiva contra Platón, considerado como reaccionario. para referirse con más detalles a la respuesta de los «nuevos filósofos» franceses, en especial a Glucksmann y Levy, que sostienen, aunque con distinta argumentación, que el archipiélago Gulag y la república son lo mismo. «Platón, archipiélago Gulag, Marx por medio, Stalin, Lenin, son términos que se pueden comparar y que es necesario establecer semejanzas, pero la semejanza es una relación que no tiene sentido por sí mismo. La aproximación entre el Gulag y el platonismo merece la pena ser ensayada, pero adolece de una falta absoluta de método constructivo y dialéctico; es un síntoma de regresión al estado de conciencia desventurada, con un cúmulo de sofismas que es urgente denunciar.»
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.