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Las Brigadas Rojas no enviaron un mensaje grabado de Moro a su familia

No es cierto que las Brigadas Rojas enviaran a la familia de Aldo Moro un mensaje de su rehén grabado en cinta magnetofónica. Un breve comunicado de la fiscalía de la República desmintió ayer expresamente este rumor (un rumor sobre la forma, pero no los muchos que circulan sobre el contenido del mensaje que los Moro recibieron el pasado sábado). El comunicado agrega que «la autoridad judicial está en posesión, como es norma de ley, de todos los mensajes firmados por el onorevole Moro, mensaje que está cubierto por el secreto procesal».La nota de la fiscalia de la República permitió ayer al órgano de la Democracia Cristiana de Italia, Il Popolo, salir al paso con un argumento de autoridad a cuantos critican, en la prensa o en el Parlamento, la cortina de silencio tendida sobre el mensaje del sábado. Por esa razón, argumentó Il Popolo, es decir, por el secreto procesal, «habría sido impensable una toma de posición de la DC sobre un documento formalmente no enviado a ella». Hay que añadir que el periódico democristiano fue el único en no recoger con detalle, sino de manera muy vaga, los ataques personales de Aldo Moro a su correligionario Franco Emilio Taviani, ex ministro de Defensa y del Interior.

La estrategia del descrédito seguida por las Brigadas Rojas, en su comunicado y en las cartas escritas por el señor Moro, tiene un objetivo prioritario: desacreditar y dividir al partido democristiano, pilar básico, hoy, de la democracia en Italia.

A medida que pasan los días crece el número de los que se preguntan si los trapos sucios de la DC que Aldo Moro pueda sacar a relucir ante sus secuestradores afectan al país entero o sólo al partido y, en este caso, si el secreto impuesto no oculta intereses más de partido que de Estado.

Las críticas formuladas contra la bunkerización de la DC, fenómeno que ha llevado incluso al cierre a cal y canto de la sede central del partido, encuentra contrapunto en la actitud de los comunistas. El periódico L'Unita, portavoz comunista, comentó en estos términos el ataque de Aldo Moro al senador Taviani: «Para conocer su propia historia, el pueblo italiano no necesita las concesiones forzadas de las Brigadas Rojas. La ha vivido por propia experiencia.»

Por su parte, el señor Taviani, el hombre puesto en causa por su derechismo, por sus concomitancias con los americanos, por un supuesto manejo de los servicios secretos mientras fue ministro de Defensa y luego del Interior, no quiso comentar estos ataques. «Yo no polemizo con las Brigadas Rojas», dijo.

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