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Reportaje:

Franco aseguró al presidente Nixon el orden y la estabilidad después de su muerte

En febrero de 1971, Nixon recibió a Walters en su despacho de la Casa Blanca y le dijo que había estado pensando sobre España, que «es vital para Occidente», y donde «no quiero que surja una situación caótica o anárquica». Nixon había sido agradablemente impresionado por la visita del príncipe Juan Carlos a Washington y expresó su confianza en que Franco nombraría un «primer ministro fuerte», que asegurara la transición entre el régimen y la Monarquía, y añadió que no deseaba injerirse en los asuntos internos españoles.

Información de primera mano

Para tener información de primera mano, Nixon dijo a Walters que viajara a Madrid inmediatamente y se entrevistara a solas con Franco, para entregarle una carta personal suya y para oír las opiniones de aquél sobre lo que sucedería después de su muerte. Walters contactó en Madrid con el almirante Carrero Blanco y éste le concertó la cita en el palacio de El Pardo. Pero cuando llegó allí se encontró con que estaba presente el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Gregorio López Bravo. Como pedir a éste que les dejara solos hubiese sido una ofensa, cuenta Vernon Walters, la entrevista se realizó en presencia de López Bravo, quien ayudó a Franco a sacar la carta de Nixon del sobre, porque le temblaban violentamente las manos.Franco dijo que la sucesión sería ordenada, que no existía alternativa al Príncipe de España y que «las Fuerzas Armadas nunca dejarán que las cosas se les vayan de las manos». Franco expresó asimismo su confianza en la capacidad del entonces Príncipe para manejar la situación después de su muerte y dijo que había creado instituciones que aceptarían una sucesión en orden, aunque añadió sonriendo que había gente que dudaba que tales instituciones funcionasen.

Al finalizar la entrevista, Franco dijo al enviado norteamericano: «Diga al presidente Nixon que en lo que respecta al orden y a la estabilidad de España, éstas serán garantizadas por las medidas que estoy tomando. » Franco agradeció las palabras afectuosas de Nixon hacia el príncipe Juan Carlos, hacia él mismo y hacia España, y dijo que podía mirarse el futuro con confianza, cuenta en su libro el general Walters.

Como intérprete oficial de Nixon, el autor del libro asistió a la entrevista que, durante su visita a España, en 1971, celebró aquél con el almirante Carrero Blanco. Este dijo a Nixon que los comunistas estaban minando el espíritu de resistencia del mundo occidental y que destruirían sus valores mediante la distribución de pornografía y drogas. Comparó la situación en Europa con el fin del Imperio Romano y dijo que «los bárbaros están esperando detrás de las murallas».

Pablo VI, preocupado

Durante una escala anterior de Nixon, en Roma, el papa Pablo VI dijo al presidente norteamericano, según cuenta Walters, que también era el intérprete oficial, que estaba preocupado por la situación en España y Portugal, y resaltó la gran importancia que tendría para el futuro europeo lo que sucediera en esos países. Pablo VI dijo también estar preocupado por Chile, entonces bajo el Gobierno de Salvador Allende, y por el poder del comunismo en este país, que «ha infiltrado la Democracia Cristiana e incluso la Universidad Católica del Santiago».Walters cuenta en su libro también la entrevista de Franco con Eisenhower, en diciembre de 1959, y cómo durante esta visita Franco subió por primera vez a un helicóptero. En general, el autor parece impresionado por la figura del dictador, y dice que Eisenhower se quedó asombrado de cómo la gente aplaudía a Franco en la calle durante su trayecto conjunto desde el aeropuerto hasta el centro de Madrid.

¿Medió la CIA en el Sahara?

En Una reseña del libro de Walters aparecida en las páginas dominicales del Washington Post, el autor del comentario, Benjamín Welles, escribe que Walters, que era entonces director adjunto de la CIA, «ayudó a negociar a los reyes Juan Carlos de España y Hassan II de Marruecos la retirada pacífica, a finales de 1975, de las tropas españolas del territorio del Sahara occidental y su eventual absorción por Marruecos y Mauritania».Sin embargo, en el libro de Walters no aparece referencia a esta misión secreta que habría desarrollado el general norteamericano, puesto que el volumen, pese a sus casi setecientas páginas, finaliza en tiempos de la presidencia de Nixon. El general Walters se encontraba ayer fuera de Washington, al parecer pasando unas vacaciones en la costa oeste de Estados Unidos, y no pudo ser localizado para que aclarara este aspecto.

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