"El terrorismo italiano ha dado un salto cualitativo"

Si todos los periódicos de Italia han vivido con enorme nerviosismo la noticia del secuestro de Aldo Moro, La Stampa de Turín, uno de los más importantes periódicos de Italia, lo ha hecho con una tensión especial, porque hace sólo algunos meses las Brigadas Rojas asesinaron a su vicedirector, Carlo Casalegno. Además, en Turín se está celebrando en estos días el famoso proceso a los dirigentes históricos de las Brigadas Rojas. Juan Arias ha entrevistado para EL PAÍS al director de La Stampa, Arrigo Levi, uno de los más prestigiosos periodistas italianos. Arrigo tiene, 52 años. Políticamente, Levi es un liberal de izquierdas, un progresista moderado.

EL PAIS: ¿Recuerda usted una noticia llegada al periódico de la envergadura del secuestro de Aldo Moro?Arrigo Levi: No, porque se trata de un acontecimiento fuera de medida. Sin relación con lo que es el modo de vida permanente de la sociedad política italiana. Es el primer caso de auténtica guerrilla urbana en Italia. En este sentido es un salto cualitativo sin precedentes. Los atentados ocurridos hasta el presente, aunque nos han herido en la misma manera, en su técnica eran de artesanía. Y lo eran también en cuanto a ambición política. Nosotros, desde la muerte de Casalegno, reaccionamos todos en el periódico a estas barbaries con una emotividad mayor. Esto no quiere decir que a la hora de escribir no intentemos ser serenos y objetivos.

EL PAIS: ¿Por qué Moro?

A. L.: Moro es un personaje central. Un personaje clave de la vida política italiana. Es el primer líder indiscutible que la DC ha tenido después de De Gasperi. Era el hombre que sabía conciliar los fuertes contrastes dentro del partido y de mantener unido el país. Era el hombre, como ha dicho La Malfa, que sintetizaba en sí mismo, con una visión de verdadero estadista, toda la Italia de hoy con todas sus contradicciones. Por eso, no cabe duda que ha sido atacado el hombre central, el personaje más significativo y más importante.

EL PAIS: «La República está enferma», ha dicho el dirigente socialista Bettino Craxi. «Es la guerra», ha dicho el presidente del Partido Republicano, Ugo La Malfa. «Es la mayor herida a la libertad en Italia después de la resistencia», ha dicho Di Giulio, comunista. Según usted ¿qué piensa el hombre de la calle?

A. L.: El pueblo se está comportando en una forma que demuestra que la República está menos enferma de lo que nosotros pensamos, porque la reacción de ayer de la gente de todas las categorías que ha llenado las plazas pacíficamente y sin miedo, en pocas horas, demuestra que el pueblo quiere y ama aún esta República aunque esté enferma.

EL PAIS: Sin Moro, ¿qué sería de la Democracia Cristiana italiana?

A. L.: Es un golpe muy grande para la DC italiana porque no tiene el partido otro hombre capaz de sintetizar, como él, la compleja alma de la Democracia Cristiana.

EL PAÍS: ¿Cómo se explica que el PCI haya reaccionado con la misma emoción y la misma irritación como si hubiesen secuestrado a Berlinguer?

A. L.: Porque el Partido Comunista italiano está bajo amenaza como los demás partidos italianos. No se olvide que Italia es un país un poco particular, que cuenta en su historia con la resistencia.