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Los asentadores de Legazpi, contra el antiguo sistema mafioso

También los asentadores de frutas y verduras se abren ya a la opinión pública. Y, por primera vez, su asociación madrileña convoca en rueda de prensa, simultaneada con gentil almuerzo, a los informadores. «Aquí no hay mafia, ni se gana un millón al mes. »Durante mucho tiempo y hasta ahora mismo, esa imagen del asentador del mercado central era la imagen del mafioso, el monopolista, el controlador del mercado. Pero ellos dicen que no. La imagen perduraba y la mayoría de los asentadores mayoristas de frutas y verduras querían deshacerla. Una información de la revista Interviú ha sido la espoleta. «De un millón al mes, nada; algunos no lo ganan ni al año.» Sin embargo, Interviú no fue invitada a la comida-rueda de prensa. «No se ha invitado más que a diarios y agencias y a la revista Cambio 16 porque es de tipo económico.»

Así las cosas, los asentadores de frutas y verduras del mercado central de Madrid quieren hacer saber que han sido víctimas de una situación pasada en la que unos pocos controlaban la vida interna del mercado central con apoyo de las estructuras administrativas del régimen anterior; que sus problemas actuales dimanan de la diversidad de competencias en materia de mercado en Madrid (Gobierno Civil, Delegación Provincial de Comercio Interior, Delegación Provincial de Abastos y Delegación Municipal de Abastos), lo cual supone, aún, un ambiente confuso y conflictivo por causa de las diferentes normativas; que los canales paralelos de comercialización se prestan a la comercialización pirata (entre unos y otros abastecen el 40% de las frutas y verduras que consume Madrid); y la urgencia de crear Mercamadrid, único sistema, desde su punto de vista, de clarificar la actual situación.

La actual asociación -antes regida dentro del sindicato verticalista- agrupa a los 325 asentadores de frutas y verduras madrileños. Son los hombres que, al margen de los canales paralelos de comercialización, constituyen el sistema oficial de comercialización actual en Madrid, «Hasta el año 1975 podría estimarse la existencia de un grupo de presión en el mercado central. El presidente de nuestro sindicato era, al mismo tiempo, empleado de la empresa de descarga de camiones. La mayoría de los asentadores estaban en sus manos porque no doblegarte a sus exigencias suponía el cierre del puesto. Hoy las cosas van cambiando y por eso invitamos a bajar a Legazpi a quien quiera para que compruebe cómo se desarrollan las cosas.» En resumen, estos asentadores pretenden asegurar para Madrid un mercado de libre comercio realizado con claridad. «Si antes hubo mafia, las primeras víctimas fuimos la mayoría de los asentadores.»

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