Decenas de millares de palestinos evacuados del sur de Líbano
ENVIADO ESPECIAL, La ocupación del sur del Líbano por Israel y la cautela con la que el Gobierno sirio la está afrontando han venido a modificar por mucho tiempo la situación estratégica de la zona, pero, paradójicamente, pueden facilitar las negociaciones de paz entre Israel y Egipto. El campamento palestino de El Sabra, duramente bombardeado por los israelíes el martes y el miércoles, vivió ayer sus horas de mayor, desesperación desde 1976.
Ayer por la noche se reanudaron los enfrentamientos entre los palestinos y las fuerzas israelíes en el sur del Líbano. Más de sesenta aviones judíos comenzaron a bombardear de nuevo la región.Medios diplomáticos de Beirut señalaron ayer que, pese a la aparente agudización del problema palestino, las posibilidades de un próximo entendimiento «forzoso» entre Jerusalén y El Cairo han aumentado considerablemente durante las últimas horas. Los círculos cristianos o derechistas del Líbano, que en realidad han recibido con agrado la intervención israelí, temen, sin embargo, una «iniciativa inmediata» de la Unión Soviética, que empuje a Siria, y a otros países árabes, a una confrontación abierta con Israel en territorio libanés.
Los bombardeos israelíes sobre el campamento de El Sabrá, el principal de los refugiados palestinos en las cercanías de Beirut, cesaron en la madrugada de ayer. Otros tres campamentos en el Sur fueron evacuados ante el avance arrollador del ejército israelí. La aviación judía seguía sobrevolando ayer las afueras de la ciudad.
Según portavoces de la OLP, «docenas de miles» de palestinos -hombres, mujeres y niños-, antes instalados en los campamentos del Sur, fueron ya «completamente evacuados» hacia la región de Hermon, a pocos kilómetros de la frontera sirio-libanesa.
Las mismas fuentes aseguran que en el curso de las últimas veinticuatro horas las fuerzas de ocupación israelí aumentaron en unos 8.000 hombres. De acuerdo con esos cálculos, ya habría en el Líbano entre 35.000 y 40.000 soldados israelíes, lo que representaría casi un tercio del total de los efectivos de Tel-Aviv. En otros círculos libaneses se estima que la cifra total de las tropas de Jerusalén no pasa de 15.000 a 20.000 hombres. La de su fuerza aérea sería de unos 150 aparatos. El número de tanques y carros de combate ascendería a por lo menos 150.
En el mando de la OLP en Beirut, dirigido por Yasser Arafat -quien al parecer se había negado a abandonar la ciudad durante el ataque-, no se ha llegado aún a ninguna conclusión definitiva acerca de las intenciones de Siria. Como se sabe, el Gobierno de Damasco se ha limitado hasta ahora a pedir una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. Además, sigue manteniendo a sus fuerzas en estado de alerta.
Conjeturas de la OLP
Muchos dirigentes de la OLP piensan en Beirut que el ataque israelí del lunes pasado fue «perfectamente previsto» por Damasco. El presidente sirio, Hafed el Assad, habría sido incluso informado con antelación por Jerusalén, vía El Cairo y Amman. En ese sentido, Begin y Weizman habrían prometido que la penetración se mantendría en los «Iímites de seguridad militar» necesarios para el ejército y las fronteras de Siria.Assad -se supone aquí- no obtuvo el lunes, ni habría obtenido aún, «verdaderas seguridades» de apoyo logístico de la Unión Soviética.
No se descarta, ni mucho menos, que ese respaldo pueda concretar en las próximas horas, más allá de las meras declaraciones o acciones políticas internacionales, con lo cual la situación actual complicaría peligrosamente el conflicto de Oriente Próximo: la OLP sostiene también en Beirut que Estados Unidos continuará armando en forma absoluta la actual penetración israelí, y algunos añaden que la URSS no está decidida todavía «por la guerra» en Líbano. Esa actitud respondería, según los palestinos y la izquierda libanesa, a su deseo de preservar sus progresos estratégicos en «el cuerno de Africa».
Políticos libaneses cercanos al presidente Elías Sarkis dijeron ayer que Damasco objetó y continúa objetando la evacuación de los campamentos del sur hacia Hermon.
Miles de familias organizadas y controladas por el aparato de la OLP vivían ayer horas muy amargas en Sabrá, tras los bombardeos de la aviación israelí. Más de 20.000 personas vuelven a enfrentarse al fantasma del hambre y del terror. Según la OLP, unas trescientas habrían resultado muertas por las bombas israelíes, y los heridos se contarían por cientos, y hasta por millares.
Siria y la OLP pueden estar siendo obligadas, por esta vía, a «tolerar» poco a poco las condiciones de Tel-Aviv en las negociaciones con Egipto. La estrategia israelí -apuntan los diplomáticos europeos- parece consistir ahora en hacer sentir directamente a Damasco el problema humano y político de los palestinos, es decir, en empujar a los refugiados hacia su territorio o su área vital de operaciones políticasy militares.
Para la OLP y Siria, la tarea más urgente consiste, pues, en tratar de reconstruir la «unidad» árabe, tanto para conseguir mejores garantías militares de El Cairo frente a Israel, como para lograr la colaboración de sus vecinos en la asistencia de los refugiados.
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