Carter se enfrenta a Tel-Aviv y la comunidad judía norteamericana

A menos de una semana de la llegada a Washington del primer ministro israelí, Menahem Begin, su tercera visita a Estados Unidos en ocho meses, la Administración Carter parece cada vez más enfrentada no sólo al Gobierno nacionalista de Tel-Aviv, sino también al poderoso grupo de presión formado por los judíos norteamericanos.Ayer mismo se anunció la dimisión de Mark Siegel, enlace de la Casa Blanca con la comunidad judía estadounidense, basada en «motivos personales». Siegel era el encargado de defender ante el lobby judío la política del Gobierno Carter respecto a Oriente Próximo, en la que se incluye las anunciadas ventas de aviones de combate a Egipto y Arabia Saudita. La semana pasada, Siegel fue silbado y abucheado en un almuerzo celebrado en Washington con líderes judíos.

Por otra parte, el Gobierno norteamericano insiste en tratar su proyecto de venta de armamento a países de Oriente Próximo como un todo, lo que implica que si el Congreso veta los envíos de aviones de combate a Egipto y Arabia Saudita, no se producirá la venta de armamento más sofisticado a Israel,

La campaña del lobby judío en el Congreso para conseguir la suspensión del envío de material bélico a los países árabes citados, se intensificó en las últimas semanas, pero hasta el momento no parece haber obtenido resultados notables y algunos observadores auguran ya la primera derrota importante del grupo de presión judío en el poder legislativo norteamericano. La iniciativa de paz del presidente egipcio, Anuar El Sadat, y la intransigencia del Gobierno de Menahem Begin, junto al problema de los asentamientos ilegales en los territorios ocupados, habrían contribuido a crear en el Congreso un estado de opinión favorable a la iniciativa presidencial.

Por último, Washington y Tel-Aviv siguen discrepando en la interpretación que cada uno da a la famosa resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, que pide la retirada de Israel de los territorios ocupados.