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Washington y el peligro comunista en Francia

«"Lo que sucede en Francia nos ha llevado a intervenir allí dos veces, en el transcurso de este siglo y una vez en el Vietnam." Pese a esta advertencia de un periodista texano, el americano medio no se interesa por los asuntos franceses. (...) Felizmente existe el Partido Comunista, el único más o menos conocido y sobre el cual cada uno tiene su idea. Las elecciones pueden llevar a París un Gobierno con participación comunista. Esto es lo que importa mucho más que el papel de los socialistas -poco conocido- o el de los gaullistas. Chirac es menos conocido que Marchais, pero más que Mitterand. Este último, pese a su breve encuentro con Carter, en enero, paga las consecuencias al negarse a visitar Washington el verano último y está en la cola de la lista de personalidades francesas conocidas en América.(...) Paradójicamente, la percepción de un peligro comunista quita interés a la elección. La inmensa mayoría de los americanos están de acuerdo en que se aproxima una amenaza. La toma de posición del departamento de Estado, el 12 de enero pasado, contra la participación de los comunistas en el poder en Italia ha provocado debates en Roma, en París, y en casi toda Europa, pero no en Washington, donde los comentarios han sido escasos y generalmente muy favorables. (...)

Una cosa es segura: el ejemplo italiano no será seguido, y no se dirá nada sobre la situación francesa, al menos hasta la primera vuelta.

(...) Las situaciones no son ejemplares... El 12 de enero se trataba de disuadir al estado mayor cristianodemócrata en Roma, tal vez a petición de este último, de concluir una alianza demasiado íntima con el Partido Comunista. En Francia se trata de una elección, de un rito sagrado, en el que toda intervención directa sería no solamente infundada, sino que correría el riesgo de dar un resultado contrario al deseado.

Las simpatías oficiales van, sin ninguna duda, hacia Giscard d'Estaing. (...)

Después de la ruptura de la unión de la izquierda, en septiembre último (acontecimiento que el semanario New Republic calificaba de uno de los más importantes en Europa desde hace años, al nivel de la revolución en Portugal y el fin del franquismo), la victoria de la mayoría parlamentaria actual era considerada como un hecho.(...)»

27 febrero

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